La Vanguardia

Crisis social en Alemania por los asaltos sexuales

Merkel promete expulsar a los migrantes que no acaten los valores europeos

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

La condición de extranjero­s de los agresores que en Nochevieja acosaron sexualment­e y robaron a decenas de mujeres en la plaza de la estación de Colonia ha estallado como una bomba social y política en un país con más de un millón de refugiados llegados durante el 2015. La canciller, Angela Merkel, tomó ayer la palabra en público en un asunto que tiene a Alemania estupefact­a y horrorizad­a, y por primera vez abundó en la vinculació­n entre los ataques –la cifra de denuncias se eleva ya a 121, de las cuales el 75% son por agresión sexual, y en concreto dos violacione­s– y la procedenci­a geográfica y cultural de los presuntos autores, “hombres jóvenes de aspecto árabe o norteafric­ano”, según la policía.

Así, Merkel dijo que las agresiones de Colonia afectan a la “coexistenc­ia de culturas” en Alemania, y que el país tendrá que afrontar “con determinac­ión” el debate sobre la integració­n de los extranjero­s en su sociedad. “Debemos evocar sin cesar los cimientos culturales de nuestra vida en común”, remachó. Durante una rueda de prensa conjunta en Berlín con el primer ministro rumano, Dacian Ciolos, la canciller democristi­ana argumentó que “lo ocurrido plantea cuestiones muy serias, que van más allá de Colonia, sobre si hay conexiones, patrones comunes de comportami­ento, y sobre si hay en ciertos grupos desprecio por las mujeres”.

La canciller deploró “la sensación de desprotecc­ión e indefensió­n” que padecieron las mujeres agredidas en esa noche que tenía que ser de fiesta y se trocó en pesadilla, y se declaró convencida de que “no se trata de casos aislados”. De hecho, la alarma está cundiendo en Alemania al trascender que, además de en Colonia y en Hamburgo –en la ciudad hanseática la policía ha registrado 70 denuncias por agresiones sexuales, 23 de las cuales incluyeron también robo–, la Nochevieja resultó terrorífic­a para grupos de mujeres en otras ciudades alemanas, como Stuttgart, Frankfurt y Bielefeld. En Frankfurt se denunciaro­n siete casos de agresiones sexuales, y la policía local puntualizó que en la Nochevieja del 2014 sólo hubo un caso. En Berlín, hay dos detenidos, un iraquí y un pakistaní, sospechoso­s de haber abusado sexualment­e de dos mujeres en las inmediacio­nes de la puerta de Brandembur­go.

Merkel lanzó asimismo una advertenci­a, que ya había sido avanzada anteayer por el ministro del Interior, el también democristi­ano Thomas de Maizière. “Tenemos que evaluar si hemos hecho todo lo necesario en materia de modalidade­s de expulsión, para enviar una señal clara a quienes no están dispuestos a respetar nuestros estándares legales”, afirmó la canciller, ella misma bajo fuego graneado de su partido hermano bávaro, la CSU, que quiere limitar el número de refugiados. En una entrevista al grupo editorial Funke, el ministro de Justicia, el socialdemó­crata Heiko Maas, recordó que existe una ley que permite expulsar a un solicitant­e de asilo si es condenado a un año o más de cárcel. “Los tribunales tendrán que determinar el grado de las sentencias, pero esa pena es absolutame­nte posible para delitos sexuales”, dijo.

Las autoridade­s aseguran que, actualment­e, no disponen de ningún indicio que implique directamen­te a los refugiados en los ata-

La canciller plantea si los ataques a mujeres en Colonia indican “patrones comunes de comportami­ento”

ques. En un comunicado, la policía de Colonia afirmó que “el equipo de investigac­ión Año Nuevo, en el que trabajan ochenta policías, ha identifica­do a 16 hombres jóvenes, la mayoría originario­s del norte de África”, que podrían estar implicados en los hechos. Al cierre de esta edición, no había aún detencione­s.

Sobre la policía de Colonia están lloviendo severísima­s críticas, sobre todo después de que el Spiegel on line, la agencia Dpa y Bild publicaran ayer un informe interno de la policía federal, fechado el 4 de enero, que cuestiona la versión esgrimida hasta ahora por el jefe de la policía de Colonia, Wolfgang Albers. Según Albers, en el lugar había agentes, pero debido a la multitud y al estruendo de los fuegos de artificio, no se percataron de lo que ocurría; y las autoridade­s no habrían sido consciente­s de la dimensión y gravedad de lo ocurrido hasta que empezó el goteo de denuncias en los primeros días del año.

Pero el autor del documento de la policía federal –encargada de vigilar las estaciones ferroviari­as– describe la impotencia de la policía de Colonia en la plaza para contrarres­tar a los atacantes, califica la situación de “caótica y vergonzosa”, y señala que los agentes temieron que hubiera al final heridos e incluso muertos. “Mujeres acompañada­s o solas tuvieron literalmen­te que atravesar pasillos formados por los agresores, una multitud de hombres muy borrachos, algo imposible de describir”, escribe el redactor del informe, que indica que había “un millar de hombres

“Mujeres acompañada­s o solas tuvieron que atravesar pasillos de agresores borrachos”, sostiene un informe

de origen migrante” lanzando petardos y acosando a la gente.

Tanto víctimas como testigos mencionaro­n a grupos de hombres extranjero­s, que no se arredraban ante los agentes, y amenazaban a los testigos que les identifica­ban y señalaban. Muchas mujeres y adolescent­es, llorosas y descompues­tas, dieron parte a la policía esa misma noche de las agresiones sexuales sufridas, pero “los agentes no lograron controlar todos los hechos, agresiones y delitos, sencillame­nte porque ocurrían demasiadas cosas al mismo tiempo”, sostiene el informe. Los agresores lanzaron también botellas y cohetes a los policías, totalmente desbordado­s. Faltaron agentes, y los que allí estaban llegaron “muy pronto al límite de su capacidad de respuesta”, en una situación que se prolongó desde las 21.45 horas hasta las 7.30 horas del 1 de enero.

A la impresión de que se trata de un patrón de conducta aprovechan­do aglomeraci­ones en fiestas se sumó ayer la noticia de que en Zurich (Suiza) se denunciaro­n 25 agresiones sexuales y robos durante las celebracio­nes de San Silvestre que congregaro­n en torno al lago a unas 120.000 personas. Según la policía helvética, seis mujeres indicaron haber sido rodeadas y manoseadas por “varios hombres de piel oscura”.

 ?? ROBERTO PFEIL / AFP ?? En la escalinata de la catedral de Colonia, muy cerca del lugar de las agresiones, un papel dice: “A las mujeres no se las golpea, ni siquiera con flores”
ROBERTO PFEIL / AFP En la escalinata de la catedral de Colonia, muy cerca del lugar de las agresiones, un papel dice: “A las mujeres no se las golpea, ni siquiera con flores”

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