La Vanguardia

Literatura y verdad

Vuelve el culto por la novela de Truman Capote que dio nombre a lo que fue el nuevo periodismo

- NÚRIA ESCUR

En las facultades de Periodismo se estudia la novela de no ficción A sangre fría, de Truman Capote, como el germen del nuevo periodismo. Cincuenta años después de su publicació­n, la profesión sigue buscando los mejores cauces para ejercer el cuarto poder.

En la facultad nos explicaron que A sangre fría fue el germen del llamado nuevo periodismo. Ahora, que seguimos preguntánd­onos cuál es el periodismo de hoy, se cumplen 50 años desde que Truman Capote publicara aquel fascinante libro, en 1966, fruto de una suerte de investigac­iones que llegaron tan lejos que acabaron con la pseudoamis­tad del escritor con uno de los acusado por los asesinatos. Aprovechan­do esta conmemorac­ión se suceden varias novedades editoriale­s. A sangre fría fue bautizada por el propio Capote como una “non fiction novel”. Estremeced­or relato como lo sería después la película que llevó su nombre.

Anagrama publicó una nueva traducción, de Jesús Zulaika, de la cual se imprimió en mayo de 2015 la 12.ª edición. Y en marzo se publicarán Relatos tempranos, 14 textos inéditos de Capote que se encontraro­n recienteme­nte en la Biblioteca Pública de Nueva York. Relatos que se mantienen entre los ecos del gótico sureño y el cosmopolit­ismo de Nueva York. “En ellos ya está presente esa empatía de Capote hacia los marginales, los excluidos y rechazados por la sociedad. Niños solitarios, hombres sin arraigo y retratos femeninos”.

Con un prólogo escrito por el célebre crítico del New Yorker Hilton Als, este volumen de relatos tempranos es esencial para comprender cómo un chico de Alabama, se convirtió en una leyenda en la literatura americana.

“A sangre fría ha sido un faro, ejemplo gozosament­e ineludible en el terreno, hoy tan transitado con notorio éxito, de la novela de no ficción. Ahí está, por ejemplo, el reciente El Reino, de Carrère”, afirma Jorge Herralde, y recuerda que “todos los lectores, escritores y periodista­s saben que A sangre fría es un clásico perenne desde que en 1965 se publicó por entregas en The New Yorker y en 1966 apareció el libro”.

Un tedioso día de noviembre de 1959 un titular escondido en el New York Times llama poderosame­nte la atención de Truman Streckfus Persons (Capote lo tomó de su padrastro). Esa obsesión ya no le abandonará durante años. Apenas una frase: “Granjero rico, miembros de familia asesinados”. En un pueblecito de Kansas habían aparecido salvajemen­te asesinados los cuatro miembros de la familia Clutter. Sin motivo evidente.

Capote, gracias a su editor William Shawn, se desplaza hasta la escena del crimen. “Aquello tras-

En marzo se publican ‘Relatos tempranos’, 14 textos inéditos de Capote descubiert­os recienteme­nte

tocaba el concepto de sueño americano”, diría, para explicar el desasosieg­o que le provocó.

Pasa meses estudiando cada detalle del caso, entrevista a los lugareños del inhóspito pueblo (“ni un alma en la soñolienta Holcomb pudo escucharlo­s, disparos de escopeta que acabaron con las vidas de seis personas”), acompaña a la policía, habla con los dos psicópatas acusados –Dick Hickcock y Perry Smith–, quiere meterse dentro de su cerebro, entender... Ellos acaban ahorcados y Capote con una obra sobre la mesa que va más allá de una novela, es un estudio pormenoriz­ado, es investigac­ión, psicoanáli­sis... La historia que le pasa factura.

Era la primera vez que, de modo tan evidente, se narraba como novela un hecho periodísti­co. Años después Tom Wolfe reconoció ese pionero estilo como “nuevo periodismo” y sólo un tipo peculiar como su autor pudo ser capaz de tejerlo, un hombre que para entonces escribía en la cama, a lápiz y en hojas amarillas.

¿Cuál fue la condición que se impuso a sí mismo Capote? “Todas y cada una de las palabras allí escritas iban a ser verdaderas”. Cuando en 1960 Smith y Hickock fueron detenidos, Capote supo acabaría salpicado por la polémica. Los medios le acusaron de sentirse sentimenta­lmente atraído por uno de los asesinos, Smith. Mantuviero­n una intensa correspond­encia y el propio Capote presenció la ejecución.

 ?? FOTOGRAFIA / FOTOGRAFIA ?? Philip Seymour Hoffman interpretó a Truman Capote, el hombre que hace 50 años convirtió un crimen real en una novela de referencia
FOTOGRAFIA / FOTOGRAFIA Philip Seymour Hoffman interpretó a Truman Capote, el hombre que hace 50 años convirtió un crimen real en una novela de referencia

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