China será el factor clave de las nuevas sanciones de la ONU a Corea del Norte
Alianza de Obama con surcoreanos y japoneses frente al desafío nuclear de Kim
Sea una auténtica bomba H –de hidrógeno–, y sea un éxito o no este último ensayo nuclear, el desafío norcoreano ha tenido efecto inmediato. Además de que el loco Kim Jong Un ha visto satisfecho su ego al copar otra vez el centro de atención, su provocación ha cosechado una reacción global y unánime en la condena.
Así se manifestó este miércoles en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Sin resquicios. Queda por ver si ese Fuenteovejuna también se producirá a la hora de adoptar un castigo. Las dudas, a partir de la experiencia habitual, ensombrecen esa unidad.
El brazo ejecutivo de la ONU acordó, en esa sesión de urgencia, “empezar a trabajar de inmediato” en una resolución que contenga medidas adicionales y significativas contra el régimen norcoreano. Pero sin especificar.
La Casa Blanca se puso rápido manos a la obra. El presidente Barack Obama mantuvo esa misma noche, madrugada de ayer en Barcelona, conversaciones telefónicas con su homóloga surcoreana, Park Geun Hye, y con el primer ministro japonés, Shinzo Abe. En ambas llamadas, según los respectivos comunicados oficiales, los tres mandatarios insistieron en la necesidad de “trabajar para forjar una respuesta internacional fuerte y unida” ante la conducta irresponsable de Pyongyang.
El Congreso estadounidense se muestra dispuesto a aprobar más sanciones la próxima semana, en un pacto de los dos partidos
Obama coincidió con Park y Abe en que la detonación de un supuesto artefacto termonuclear “constituye otra violación de las obligaciones y compromisos de la ley internacional, incluidas varias resoluciones del Consejo de Seguridad” contra Corea del Norte.
Ahí está el meollo, sostienen los expertos. Esta es la cuarta prueba desde el 2006 y las restricciones se demuestran ineficaces. “Sería ir muy lejos decir que Moscú apoya más sanciones”, afirmó Vitaly Churkin, embajador de Rusia ante la ONU, al concluir la reunión de urgencia.
Y China mostró su enfado por la inesperada iniciativa del “país amigo”, pero también esquivó hablar de represalias. Pekín está por retomar las conversaciones a seis bandas –las dos Coreas, Japón,
El castigo contra el régimen coreano sólo será eficaz si se implican los bancos chinos en el boicot
Rusia, EE.UU. y China– para negociar la desnuclearización. El presidente Obama, tan dado a la diplomacia con Irán, se muestra más que reticente a entablar una relación similar con Pyongyang.
La administración estadounidense tira por la vía de la represalia. Las sanciones más obvias serían la prohibición de cargar o descargar barcos norcoreanos o de las transacciones financieras.
Sin embargo, la experiencia demuestra que la dictadura de Kim ha hallado vías en otras ocasiones para burlar el cerco. Cuenta con una red de tráfico ilegal que le permite evadir las sanciones. A esto se suma que no todos los países de la región aplican las imposiciones de la misma manera.
Aunque entre los analistas se remarca la importancia del castigo, porque demuestran el precio de violar las medidas de las Naciones Unidas, consideran que hace falta algo más. Como mínimo, que Pekín se implique a fondo.
“El papel de China será crítico”, señala Jonathan Pollack, de la Brookings Institution. “La economía de Corea del Norte depende de China –añade– pese a que Kim desafía a Xi Jinping a cada momento. Si hay más restricciones en la actividad bancaria internacional, el protagonismo de los bancos chinos será la clave”.