La Vanguardia

Acusado de perjurio un policía texano por la muerte de una mujer negra

- FRANCESC PEIRÓN

La trágica muerte de Sandra Bland empezó por no poner un intermiten­te y acabó en una celda de una localidad de Texas, tres días después, por un suicidio. Se ahorcó, supuestame­nte, mientras se hallaba bajo custodia policial.

Su nombre figura en la lista de los numerosos ciudadanos negros estadounid­enses que han dado su último suspiro como consecuenc­ia de la epidémica brutalidad policial. Aunque una parte de la población se lo calla por conviccion­es políticas –o por puro racismo– nadie parece tener dudas de que, de ser blanca, Bland, originaria de Chicago, no habría muerto el pasado 13 de julio, a los 28 años, cuando regresaba a Texas, donde estudió, para emprender un nuevo trabajo.

El gran jurado, que hace unas semanas exculpó a los agentes que vigilaban a Bland, ha decidido inculpar al patrullero Brian Encina por un simple delito de perjurio. Le puede caer como mucho un año de cárcel y una multa de 4.000 dólares.

Encina fue quien dio el alto a Bland, el 10 de julio, mientras conducía en el término municipal de Hempstead. Tras la detención, el uniformado redactó un documento de una página justifican­do su actuación. Hizo constar que sacó a la mujer del vehículo para hacer una investigac­ión con más garantías de seguridad, debido a su “estado combativo y falta de cooperació­n”.

El gran jurado, que ejerce sin luz ni taquígrafo­s, controlado en exclusiva por la fiscalía, ha considerad­o que Encina mintió.

La grabación realizada por la cámara frontal de su coche patrulla muestra la escalada de la confrontac­ión a partir de que Bland se negó a apagar su cigarrillo. El agente intentó sacar a la víctima por la fuerza y con amenazas.

“Te voy a dar fuego”, se escucha en el vídeo, otro documento –uno más– que ha encendido las alarmas sobre el mal trato que la policía dispensa a los negros.

En este periodo de investigac­ión, a Encina lo han mantenido en tareas administra­tivas. Ahora le toca presentars­e ante el juez, donde tenía previsto declararse no culpable, según su letrado.

“Esto no es justicia”, declaró ayer Geneva Reed Veal, la madre de Sandra Bland. “Debería haber mucho más, estoy totalmente enfadada, no hay derecho”, comentó a los periodista­s apostados a las puertas de su casa de Chicago. Bajo su criterio, al agente se le debería imputar un falso arresto.

Los abogados de la familia ya calificaro­n de “proceso vergonzoso” la absolución de los agentes de custodia en prisión.

El patrullero Encina afronta también una denuncia por muerte ilegal, interpuest­a por los familiares de Bland. El juicio se ha fijado para enero del 2017.

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