Complementos de vestir
Hace décadas que voy por Barcelona con mochila, desde que descubrí que es mucho más práctico ir todo el día arriba y abajo con las manos libres, sin tener una permanentemente ocupada con una cartera. Una mañana entré en la Casa del Llibre del paseo de Gràcia de Barcelona y me encontré con un conspicuo escritor de esos que aspiran a ser la reencarnación de Josep Pla y no le llegan ni a la suela del zapato. Me miró y me dijo: “¿Qué, de excursión?”. Era un refrito de la frase que Josep Tarradellas le dijo a Xirinacs un día que lo vio aparecer por el Palau de la Generalitat con trenca y un zurrón: “¿Qué, mosén, de excursión?”. Como no tenía ganas de perder tiempo le contesté “Sí, exacto” y seguí removiendo libros mientras pensaba: “Quién me iba a decir que este señor tan recompuesto acabaría dedicándose al reciclaje”. Ahora veo que el periodista Quico Sallés –que se pasa el día en Barcelona de un lugar al otro– ha popularizado su imagen con mochila en la espalda, hasta el punto de que su sección en El Nacional lleva por nombre La motxilla de Quico Sallés.
Pasemos al martes, el día antes de Reyes. Pablo Iglesias, el dirigente de Podemos, fue al Congreso de Madrid a recoger los documentos que lo acreditan como parlamentario. Como es tra-
Yo les recomendaría la espléndida mochila Christopher de Louis Vuitton
dicional, se los dieron dentro de una espléndida cartera de color marrón, reluciente, con una inscripción dorada en la que, bajo el escudo del Reino de España, en letra inglesa pone “Congreso de los Diputados”. A la salida explicó que cree que habrá elecciones en Catalunya –“bien sean en marzo, septiembre o cuando sean”– y que quien las ganará será En Comú Podem. Ya puesto en ese plan predictivo dijo que habrá elecciones españolas dentro de cuatro años, en contra de lo que dicen muchos que aseguran que serán este año. Es la datación que se desprende de su gran frase del día: “Dentro de cuatro años daremos mochilas en lugar de carteras”.
Es una sentencia diseñada para convertirse inmediatamente en titular, como así ha sido. También podría ser un eslogan de campaña. Se entiende a la perfección. Junto con las camisetas y las sudaderas, las mochilas se han convertido en uno de los símbolos de los políticos emergentes, esos que se otorgan la condición de abanderados de la nueva política hasta que el populacho descubre que de nueva tiene poco. La frase anuncia que dentro de cuatro años ganarán y que, como para ellos la mochila es su símbolo y no la cartera ( no pun intended), cambiarán la norma. No sé si las mochilas que imagina Iglesias son también de piel marrón, con el escudo del Reino y “Congreso de Diputados” escrito en dorado, pero pagaría por ver a Pedro Gómez de la Serna, Teresa Cunillera, Celia Villalobos y Marcelo, el ángel aparcador, todos con la mochilita en la espalda. (Marcelo con la de Jorge Fernández Díaz, que él no es diputado.)