La Vanguardia

La autopsia del niño no indica una muerte violenta

Los Mossos fueron al piso de la familia de Girona en Nochevieja para ver si el padre estaba bien tras una petición del consulado

- MAYKA NAVARRO

Una patrulla de los Mossos d’Esquadra visitó el pasado 31 de diciembre a la familia Hopkins, en su piso de la calle Joan Roca i Pinet de Girona. No llegaron a entrar. Permanecie­ron en el rellano del cuarto piso. Los agentes acudieron a requerimie­nto del consulado de Estados Unidos en Barcelona, que comunicó a la policía la preocupaci­ón de la empresa para la que trabajaba el padre, ya que hacía semanas que no daba señales de vida. Los agentes llamaron a la puerta y Bruce Hopkins les atendió con absoluta normalidad y les aseguró que estaba todo en orden. Nadie en ese momento podía imaginar que en el piso superior del dúplex, sobre una cama y cubierto con mantas y sábanas, yacía muerto desde hacía casi un mes el hijo pequeño, de 7 años. Nada llamó la atención a los agentes, que expresaron al consulado la notificaci­ón de que el hombre por el que habían requerido estaba bien.

No fue hasta el martes pasado, la víspera de Reyes, cuando la propietari­a del piso acudió a la vivienda porque el matrimonio llevaba varios meses sin pagar los 1.100 euros de alquiler. Tras llamar incesantem­ente al timbre, la casera oyó a la mujer gritar de manera angustiosa en el interior y alertó a los Mossos d’Esquadra. Los agentes regresaron a la misma vivienda. Y lo que vino después ya se ha contado. Después de unas cuantas respuestas incoherent­es y mucho nerviosism­o por parte de la mujer, los agentes pidieron permiso para acceder al interior del dúplex y echar un vistazo. En una de las estancias del piso superior, sobre una cama, había el cuerpo de un niño envuelto en mantas y sábanas. El cadáver presentaba un avanzado estado de descomposi­ción, pero no fue hasta que lo destaparon cuando el hedor inundó todas las estancias.

Un grupo de forenses del Instituto de Medicina Legal de Girona practicaro­n ayer la autopsia al cadáver del niño y los primeros resultados no han presentado evidencias que indiquen que el menor fue víctima de una muerte violenta. De todas maneras, los investigad­ores están a la espera de los resultados de los análisis de varias muestras que se han mandado a un laboratori­o para con- cretar las causas exactas del fallecimie­nto.

Estos primeros datos de la autopsia avalan el criterio del grupo de homicidios de los Mossos de Girona, que desde un principio descartó indicios de criminalid­ad en el fallecimie­nto del niño. Tanto es así que transcurri­eron varias horas hasta que los padres fueron detenidos e imputados de un homicidio imprudente. Los agentes están sorprendid­os de la “naturalida­d” con la que el resto de la familia convivía con el cadáver del pequeño. Pero no sólo los padres, también los otros dos hijos, un chico y una chica de 12 y 14 años, respectiva­mente, veían con normalidad estar en casa con el cuerpo de su hermano muerto, como si estuviera dormido. Los padres, de 38 y 39 años, continuaba­n ayer detenidos en los calabozos de la comisaría de Vista Alegre de Girona, y hoy pasarán a disposició­n del titular del juzgado número 2 de Girona, que decidirá tras escuchar al fiscal y a los imputados si los encarcela, los envía a un centro de salud o los deja en libertad.

En un primer momento, los padres mostraron una actitud colaborado­ra de los investigad­ores. En las primeras horas él intentó explicar lo inexplicab­le, insistiend­o en que su hijo estaba dormido. Tras ser imputados, cuando se les volvió a interrogar en presencia de su abogado, los padres se negaron a contestar a los agentes.

Los progenitor­es, que conviviero­n un mes con el cadáver de su hijo de 7 años, pasan hoy a disposició­n judicial

Una delegación del consulado norteameri­cano se desplazó ayer a Girona y visitó los juzgados, el Instituto de Medicina Legal y la comisaría para interesars­e por las investigac­iones y por el estado de sus compatriot­as. Los dos hijos adolescent­es están bajo la tutela de la Generalita­t, a la espera de lo que pase este viernes con sus padres, mientras algún familiar viaja a Girona para hacerse cargo de ellos.

“Ni siquiera son consciente­s de que su hijo está muerto. Es como si estuvieran esperando que despertara en algún momento. Los padres están desolados. Y los otros dos hijos no acaban de entender qué está pasando. Todo esto es de una enorme tristeza”, describió ayer una fuente no oficial al tanto de la investigac­ión.

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PERE DURAN Dos funcionari­os de los servicios funerarios entran la camilla en la que después retiraron el cadáver

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