Guerra a la conducción bajo los efectos de las drogas
El Ministerio del Interior anuncia un incremento de casi el 40% de los controles a los conductores en las carreteras españolas
El freno en la tendencia de reducción del número de víctimas mortales en las carreteras españolas, que ha hecho que las cifras de fallecimientos se hayan mantenido prácticamente estables, con unas mínimas variaciones, en los tres últimos años, ha llevado a las autoridades de tráfico a tomar cartas en el asunto. Uno de los frentes abiertos es el del uso de estupefacientes en la conducción. Por ello, el Ministe- rio del Interior anunció ayer que la dirección general de Tráfico (DGT) tiene previsto realizar durante este año más de 120.000 pruebas de detección de sustancias psicoactivas entre los conductores en las vías interurbanas de España, a excepción de Catalunya y el País Vasco, donde esta competencia recae en los Mossos d’Esquadra y la Ertzaintza respectivamente. Esto supone un incremento de 45.000 pruebas (un 38% más) respecto al número de drogotests efectuados durante el 2015.
El anuncio de esta campaña llega después de que el pasado lunes el ministro Jorge Fernández Díaz explicara, en el balance de siniestralidad del 2015, que el año pasado en el 59% de los conductores que habían cometido alguna infracción fueron además detectados positivos de drogas ilegales. Lo mismo sucedió con uno de cada tres controles preventivos.
Aumentar la vigilancia sobre los conductores que toman drogas cuesta dinero. En concreto, para este propósito se ha habilitado una partida de 12 millones de euros en los presupuestos generales del Estado para el 2016, que se destinarán a la compra de los kits para efectuar las pruebas y a la contratación de servicios de la boratorio para el análisis de las muestras tomadas.
El año pasado las pruebas de drogas se introdujeron en los controles a personas involucradas en accidentes (incluidos los heridos leves e ilesos) y a los conductores que cometen algún tipo de infracción como el exceso de velocidad o la no utilización del cinturón de seguridad o del casco.
El estudio DRUID’13 refleja que un alto porcentaje de conductores conducen con presencia de drogas y alcohol. En concreto, dicho infor-
Las autoridades de Tráfico estiman que con esta medida se podrían reducir los accidentes un 17%
me señala que un 12% de conductores elegidos al azar dieron positivo en alcohol y drogas por encima de los límites legales. Las dos sustancias detectadas con más frecuencia en los análisis son el cannabis y la cocaína. Además, El Instituto Nacional de Toxicología, en su última memoria anual, confirmó que cuatro de cada diez conductores fallecidos y analizados tenían presencia en sangre de alcohol, drogas o psicofármacos. En el caso de los peatones, ese porcentaje también se situó en un 40%. Otros estudios indican, por otro lado, que las pruebas salivares para la detección de presencia de drogas en los conductores, así como las pruebas de alcoholemia, tienen un efecto disuasorio importante. En este sentido, un incremento de los controles podría reducir en un mínimo del 17% los accidentes de tráfico.
La ley de Seguridad prohíbe conducir con presencia de drogas en el organismo y sanciona esta infracción con una multa de 1.000 euros y la resta de 6 puntos en el carnet de conducir. Por la vía penal, las sanciones pueden ser de tres a seis meses de prisión, multa de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad (de 30 a 90 días), así como la privación del derecho de conducir de uno a cuatro años.