La Vanguardia

Los miedos que asustaron las bolsas en el 2015 rebrotan con fuerza

China, el petróleo, los tipos y las crisis geopolític­as ensombrece­n enero

- RAMON AYMERICH Barcelona

No es la primera vez que las dudas sobre la capacidad de China para gestionar el cambio de modelo económico provocan el pánico en las bolsas. Ya ocurrió en agosto. La novedad ahora es que algunas de esas dudas se han materializ­ado. Para algunos analistas, China tiene grandes dificultad­es para resolver la sobrecapac­idad industrial creada en los años locos de la inversión (2009-2014). Para otros, los mercados reaccionan de forma exagerada. Una economía que crecerá este 2016 entre un 6,3% y un 6,9% no es ningún drama. “Lo peor es que las cifras que llegan de China son tranquiliz­adoras -dice Charles Wyplosz en el portal Telos-. Quizás demasiado para que sean verdad. Es difícil saber qué ocurre con China”.

En agosto, el Partido Comunista Chino, embarcado en una campaña contra la corrupción que golpea a todos los estamentos (políticos, industrial­es, militares, estrellas televisiva­s...) la emprendió contra los “especulado­res”. Ahora ha aplicado durante dos días un mecanismo de interrupci­ón de las operacione­s bursátiles que ha resultado contraprod­u- centes: no ha detenido las caídas y ha sembrado el caos.

En paralelo, se sabe ya que el yuan se ha depreciado a mayor velocidad de lo deseable (lo que acentúa la salida de capitales) y que las reservas de divisas en manos del Banco Central de China bajaron en el 2015 por primera vez desde 1992. Según Bloomberg, el banco se habría gastado 513.000 millones de dólares y las reservas s se situarían en torno a los 3.300 billones de dólares.

El pánico vendedor en los mercados mundiales ha sido grande. En sólo tres días, se han evapora- do 2 billones de dólares, según Bloomberg. Y ha confirmado a los inversores que el 2016 puede ser la continuida­d, a peor, de los temores con que se vivieron en 2015. “El FMI puede dar previsione­s sobre el crecimient­o global y revisarlas cada dos meses a la baja. Pero las condicione­s que debilitaro­n el crecimient­o el año pasado se intensific­arán este 2016” asegura Ashoka Mody, del Instituto Bruegel.

En la crisis bursátil de China de agosto planeaba como amenaza una subida de los tipos de interés en Estados Unidos. Ahora ya se ha materializ­ado y el camino hacia la normalizac­ión de la política monetaria presiona a las economías emergentes endeudadas en dólares. De todos los países afectados, Brasil es el que tiene más números para salir peor parado.

La segunda mitad del 2015 es-

China empleó en el 2015 513.000 millones en divisas para sostener el yuan, primera caída de reservas desde 1992 Sólo en tres días se han evaporado 2 billones de dólares en los mercados mundiales, según Bloomberg

tuvo condiciona­da también por el colapso de los precios del petróleo. Ahora el crudo se desliza hacia unos precios de referencia inimaginab­les hace un año: 30 dólares por barril. “Los efectos de la caída de los precios del petróleo sobre la inflación tardan unos meses en hacer efecto. Razón de más para que los bancos centrales sean muy prudentes en este 2016” apunta Larry Elliott en The Guardian.

Uno de los factores que ha empujado hasta el fondo esos precios en el cambio de año ha sido el estallido del conflicto entre Arabia e Irán, socios pero no amigos en una OPEP desorienta­da ante el exceso de oferta. El recrudecim­iento del conflicto entre chiítas y sunitas hace buenos los augurios de Gideon Rachman en Financial Times: “La mayor parte de acontecimi­entos que definen un año son discontinu­idades, cisnes negros”. El conflicto entre Riad y Teherán no ha sido el único invitado no esperado a la mesa de este 2016. Nadie le había pedido a Kim Jong-un, el paranoico líder de Corea del Norte, que calentara todavía más el ambiente con una nueva explosión termonucle­ar...

Todo ello, recuerda Martin Wolf, es una prueba más de que las grandes crisis son hijas tanto de los shocks de precios como de las guerras.

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