Díaz rectifica y expresa su apoyo a Sánchez
Chacón advierte de la dificultad “aritmética” de fraguar un pacto a la portuguesa
JUAN CARLOS MERINO ADOLFO S. RUIZ
Madrid / Sevilla “O frenaba o se despeñaba”, celebran los fieles a Sánchez después de que Díaz suspendiera su ofensiva
“O frenaba o se despeñaba”, celebraron los fieles a Pedro Sánchez, después de que la presidenta andaluza, Susana Díaz, pisara ayer el freno en su ofensiva interna contra el líder del PSOE.
Las ansias por derrocar a Sánchez animaron una maniobra muy precipitada y de altísimo riesgo que, pese a contar con poderosos aliados y operadores orgánicos curtidos en mil trifulcas internas, la militancia socialista rechazó. Ferraz también disponía de abundante munición, por lo que, finalmente, varios líderes territoriales críticos renunciaron a recoger firmas para doblarle el brazo a Sánchez y forzar el adelanto del congreso para abrir el pulso sucesorio. El varapalo recibido por Díaz, según sus críticos, “le ha hecho mucho daño en su moral”. Y de momento, aunque las espadas siguen en alto, el líder del PSOE vuelve a salirse con la suya y mantiene su hoja de ruta, mientras los críticos proceden a un repliegue táctico.
Díaz recogió velas públicamente en una entrevista en Canal Sur Radio y defendió que “es totalmente legítimo que Pedro Sánchez intente un pacto de izquierdas”, si Rajoy fracasa en su intento de formar gobierno. Eso sí, la baronesa andaluza reiteró, “porque así lo decidió el comité federal”, que para llegar a un acuerdo con Podemos tendrán que “renunciar primero al referéndum y al derecho de autodeterminación”. “La alternativa no puede ser a cualquier precio y poniendo en peligro la unidad del país”, subrayó.
Consciente, ella o sus asesores, de que los últimos movimientos y declaraciones causaron una grave fractura en la militancia, Díaz mani- festó que Sánchez “tiene todo mi apoyo y confianza”. Pero inmediatamente después recordó que “no se puede pactar con quienes están planteando la ruptura de España y que unos españoles tengan más derechos que otros. El derecho a decidir lo tenemos todos”.
Si los intentos de Rajoy y Sánchez no fructifican, Díaz reconoce que habría que volver a las urnas, “una solución que no es deseable para el país, que necesita estabilidad, pero que no se puede descartar”. La líder andaluza se escabulló, eso sí, del debate sobre el liderazgo del PSOE o si ella pretende asumirlo: “En ese debate no estamos ahora, no se ha abierto. Es algo que no toca, porque primero tenemos que ver cómo evolucionan los acontecimientos”.
También restó importancia a sus maniobras para forzar un congreso donde sustituir a Sánchez. Descartó la posibilidad de que el cónclave se celebre en febrero, y se conformó con asegurar que “se hará cuando se tenga que hacer”. “Pero lo trascendente no es la fecha del congreso, sino lo que allí se decida”, advirtió.
Dirigentes como Ximo Puig, Carme Chacón o José María Barreda, se alinearon con Díaz en que Sánchez debe “explorar” la posibilidad de formar un gobierno alternativo si Rajoy fracasa en su intento. Pero todos también coinciden en su dificultad. “Aritméticamente, no es fácil”, aseguró Chacón en TVE. La exministra considera, como muchos en el PSOE, que la “gran coalición progresista” que confía en poder convocar Sánchez es muy difícil de forjar. Por no decir que imposible o incluso rechazable, ya que implicaría el concurso de partidos que, como Podemos, defienden lo que los socialistas consideran que es el “derecho de autodeterminación” de Catalunya, cuando no directamente su independencia, como Democràcia i Llibertat o ERC.
El pacto a la portuguesa, por tanto, es para muchos en el PSOE una quimera. O el clavo ardiendo al que Sánchez se aferra para aplazar el cisma interno. El amplio sector crítico, en todo caso, piensa que la única salida será repetir las elecciones. Y, si Díaz no puede ser la candidata del PSOE, sólo esperan que Sánchez se estrelle definitivamente en las urnas. Aunque esta sea otra de esas tácticas que la militancia socialista no consigue comprender.