Suspenso en teoría conspirativa
Al profesor James Tracy le echan de su universidad por reiterar que las matanzas son falsas
Habló de nuevo de armas y de su trágico impacto social en Estados Unidos. Pero al presidente Barack Obama no le cayó la noche del jueves ninguna otra lágrima al estilo del gran Peret. La imagen de su emocionado llanto al anunciar su plan para restringir la venta de rifles y pistolas se propagó el martes por el mundo. En casa no gustó a todos: unos cuantos republicanos le llamaron “llorón”. Dos días después, a la vista de la mueca perfilada en su rostro, y de conocer la obra musical del rumbero catalán, le habría pegado más dedicarles el borriquito como tú, tu-ru-rú.
“Sólo voy a estar un año más en este cargo, ¿cuándo vamos a empezar con esa impresionante empresa?”, respondió cargado de sorna respecto a su supuesta intención de requisar las armas de todos los ciudadanos del país de las pistolas.
El asunto se lo sirvió en bandeja uno de sus colegas en esta lucha que divide a los estadounidenses. La pregunta la formuló el exastronauta Mark Kelly, a cuyo lado se hallaba su esposa, la excongresista Gabby Giffords. Dejó su puesto de legisladora al año siguiente de sobrevivir a la matanza de Tucson (Arizona) de la que ayer se cumplió el quinto aniversario. Kelly le planteó con sarcasmo cómo iban a confiscar más de 300 millones de armas, en más de 65 millones de hogares, desde Key West (Florida) a Alaska.
“Es una conspiración”, replicó el presidente en ese acto ante las cámaras de la CNN. Vista la imposible magnitud de esa tarea, Obama atribuyó la circulación de esa “falsa noción” a intereses políticos –en especial conservadores– o comerciales, en alusión a la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés).
Por disparatada que parezca esa teoría –Obama explicó que lo conspirativo forma parte del código genético de EE.UU.– hay mucha gente que cree en esa mano negra –dicho sin ánimo racial– del Gobierno.
Algunos, presuntamente tan ilustrados como el profesor James Tracy, ejercen de correa de transmisión. A Tracy le han expulsado esta misma semana del claustro de la Universidad Florida Atlantic. A los 50 años, este profesor asociado ha alcanzado notoriedad en su blog y en sus intervenciones radiofónicas por defender la oculta intención de Obama por desarmar Estados Unidos. Pide “pruebas de veracidad” sobre las masacres registradas recientemente.
Según este docente, la matanza de la escuela de primaria Sandy Hook, en Newtown (Connecticut) no fue más que un montaje para auspiciar un aumento del control legal.
La muerte de esos 20 niños (más ocho adultos), la de los nueve afroamericanos de la iglesia de Charleston (Carolina del Sur) o los catorce del cercano tiroteo de San Bernardino no han existido. Mejor dicho, son escenificaciones a lo cinematográfico realizadas por especialistas. En la comunidad de internet se ha hecho con bastantes seguidores.
El despido se ha producido, tras una primera reprimenda en el 2013, una vez que los padres de Noah Pozner –de seis años, el fallecido más joven de Newtown– le acusaron de acoso en un artículo publicado en el Sun Sentinel. Le reclamaron, además, que quitara de su sitio web la foto de su hijo. “Para nuestro horror –sostuvieron Lenny y Veronique Pozner–, nos encontramos en una sociedad donde algunos no sienten ningún tipo de compasión por el sufrimiento de los otros. Entre estos se hallan los conspiracionistas que aseguran que nuestra tragedia no es real”.
El profesor, en activo desde el 2002, no se amilanó y prosiguió con sus ataques. Insistió en que lo de Sandy Hook consistió en una prueba de la Agencia Federal de Emergencia. “Los Pozner son tan mentira como el ejercicio –escribió– y se aprovechan graciosamente de la falsa muerte de su hijo”.
Tracy perseveró en su actitud a pesar de las advertencias de la universidad. Al final decidieron tirar del cancionero de Peret y de su borriquito como tú... Le han cateado por su respuesta a la teoría de la conspiración.
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