La Vanguardia

El precio de un dilema

La división interna y el fracaso operativo de la CUP pueden costarle hasta la mitad del voto

- CARLES CASTRO

Parece evidente que el método asambleari­o resulta algo engorroso para decidir la evacuación de un edificio en llamas. Y si, además, la división de opiniones enfrenta a los afectados en dos mitades casi iguales, la parálisis puede resultar letal. Sin embargo, en la política como escenario privilegia­do del ilusionism­o, algunas fórmulas de democracia directa para la toma de decisiones mantienen su atractivo y una falsa apariencia de operativid­ad. Al menos hasta que un colectivo se enfrenta a un dilema dramático.

Y eso es justamente lo que viene ocurriendo con el proceso soberanist­a, que ha acabado por fracturar a buena parte de las formacione­s políticas catalanas (o a su electorado). La última damnificad­a ha sido la CUP, víctima del dilema entre la fidelidad a su ideología o a sus promesas electorale­s y las exigencias de una “unidad nacional catalana” asociada a la investidur­a de un político que está en las antípodas del modelo de país que defiende la formación anticapita­lista. Y ese dilema se ha visto agravado en el caso de la CUP por una compleja mecánica en la toma de decisiones.

Llegados a este punto y con independen­cia de cual sea el horizonte de las urnas, la principal incógnita reside en los costes electorale­s que puede tener para la organizaci­ón anticapita­lista la decisión adoptada finalmente. Al respecto, un escenario de daños limitados acotaría las pérdidas en el flanco nacionalis­ta de su electorado (antiguos votantes de CiU y ERC y al menos la mitad de sus nuevos apoyos), lo que supondría una merma de entre 90.000 y 100.000 votos de los obtenidos el pasado 27-S (ver gráfico).

El problema para los anticapita­listas es que si los daños se extienden simultánea­mente a su frontera con el voto de la izquierda alternativ­a (Podemos e ICV), las pérdidas supondrían casi dos tercios de su electorado actual.

Ahora bien, puestos a calcular qué decisión produciría más daños teóricos (rechazar la investidur­a

El no a Mas le haría perder 100.000 votos a la CUP, pero el sí podría suponer casi 170.000 y la mayoría soberanist­a Los anticapita­listas también corren riesgo de erosión en el flanco izquierdo, con Podemos e ICV

de Mas o permitirla), la segunda alternativ­a tampoco les saldría gratis a los anticapita­listas, ya que las pérdidas se centrarían entonces en el flanco más ideológico del voto de la CUP, procedente de la izquierda.

Y en ese supuesto, las pérdidas teóricas oscilarían entre 100.000 y 170.000 votantes, con dos escenarios igual de complejos que el actual. En el primero, la CUP seguiría siendo imprescind­ible para que las fuerzas independen­tistas sumasen más escaños que el resto de partidos. En el segundo, en cambio, el independen­tismo perdería la mayoría absoluta en el Parlament.

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