PSOE y C’s buscarán un pacto global con PP y Podemos en el Congreso
Pedro Sánchez y Albert Rivera se reunieron ayer durante una hora, por primera vez después del 20-D, y quedaron de acuerdo en “buscar un acuerdo global y de consenso con PP y Podemos sobre la composición de la Mesa del Congreso de los Diputados”, cuyos miembros se elegirán en la sesión constitutiva de la Cámara, el miércoles.
En el encuentro, el líder de Ciudadanos pidió al del PSOE que le hiciera llegar el nombre que los socialistas proponen como presidente del Congreso. Sánchez se comprometió a hacerlo en 72 horas, es decir, para la tarde del próximo lunes.
El PSOE cuenta a priori con una ventaja doble con vistas a esa elección: de un lado, el sistema de votación le beneficia; de otro, sólo el PP rechaza abiertamente que un socialista ocupe la crucial plaza.
La posibilidad de que los populares retengan el puesto sí que concita, en cambio, un mayoritario rechazo entre el resto de partidos; todos discrepan de la tesis del PP de que el máximo responsable de la Cámara debe ser del partido ganador de las elecciones, y abogan precisamente por lo contrario. Rivera cree que debe remarcarse la “división de poderes” con un presidente parlamentario de color distinto al del Gobierno, y pide un sistema rotatorio. “Proponemos que, si el presidente del Congreso elegido el miércoles es socialista y después el PSOE consigue gobernar, entonces se cambie a ese presidente” para que no sea del partido de quien lidera el Ejecutivo, explicó.
Para constituir la Mesa, los 350 diputados elegirán primero al presidente. Cada uno escribirá un nombre en su papeleta. Si uno de los aspirantes obtiene mayoría absoluta, asunto resuelto; si no, habrá otra votación sólo entre los dos más apoyados en la primera, y la elección será ya por mayoría simple. De entrada, el PSOE lo tiene menos difícil que el PP para obtener los votos de Podemos, Ciudadanos, nacionalistas e independentistas.
La configuración completa de la Mesa requiere un complejo juego en el que los cuatro grandes grupos aspiran a tener representación. Y hay cuatro vicepresidencias y otras tantas secretarías en liza que se eligen en sendas votaciones para las que caben múltiples alianzas.
El gran escollo en la negociación está en la pretensión de Podemos de formar cuatro grupos: uno general y los tres de sus listas de confluencia en Catalunya (En Comú Podem), Valencia y Galicia. La número tres de Podemos, Carolina Bescansa, tildó ayer de “irrenunciable” esta exigencia. Y acusó a los socialistas de urdir “un gran acuerdo con el PP para garantizarse una mayoría holgada en la Mesa del Congreso”.