Galardonado el descubridor de los otros gases invernadero
Ramanathan recibe el premio Fronteras de cambio climático
El climatólogo indio Veerabhadran Ramanathan descubrió en su día que no sólo el CO2 tiene un enorme poder para alterar el clima, sino que otros gases emitidos por el hombre están detrás del cambio climático. En 1975, cinco años después de llegar a Estados Unidos, Ramanathan descubrió que los clorofluorocarbonos (CFC), un tipo de gases asociados a la destrucción de la capa de ozono (que nos protege de la radiación ultravioleta), eran además potentísimos gases de efecto invernadero; es decir, contribuían al cambio climático. Sus hallazgos le han hecho merecedor del premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cambio Climático.
La comunidad científica creía que el único gas de efecto invernadero producto de la acción humana era el CO2; pero tras el hallazgo de Ramanathan se descubrió que otros gases, como el metano y los HFC –refrigerantes que sustituyeron a los CFC en los frigoríficos porque no dañan la capa de ozono–, también son potentes gases de efecto invernadero. ¿Qué gases causan más calentamiento, los CFCs o sus sustitutos, los HFCs?, le preguntamos por correo electrónico. “Ambos causan el calentamiento. Por tonelada, los CFC tienen más de 10.000 veces más potencial de efecto invernadero que el CO2; los HFC, por su parte, son entre 2.000 y 4.000 veces más potentes que el CO2”.
En los años posteriores Ramanathan y otros investigadores descubrieron que estos gases llamados traza –porque son menos abundantes que el CO2– son responsables del 45% del efecto invernadero atribuible a la acción del hombre.
Ramanathan explicó ayer que estos gases traza permanecen en la atmósfera poco tiempo, “en comparación con los siglos que tarda el CO2 en desaparecer”. Por eso, recordó que si se evitan sus emisiones, se lograrían resultando más rápidos que disminuyendo el CO2.
Su hallazgo esconde toda una paradoja personal, pues Ramanathan trabajó en la India en una fábrica de máquinas de refrigeración, donde su misión era precisamente evitar que los gases refrigerantes, los CFC, se escaparan. Pero no fue hasta trabajar como investigador en la NASA cuando averiguó que el ozono atmosférico influye en el clima de la superficie terrestre. Así llegó a calcular el efecto invernadero de los CFC.
Ramanathan también fue pionero en el estudio del impacto que tienen las partículas contaminantes (que se quedan en suspensión en el aire) sobre el calentamiento. En un experimento demostró que las partículas de hollín o carbonilla negra (black
carbon) que contienen esas nubes contaminantes ejercen también un potente efecto invernadero, y aceleran el deshielo de los glaciares del Himalaya. “Las partículas o el hollín absorben la luz solar y calientan directamente el aire, y la atmósfera más cálida, a su vez, calienta la superficie. Son el absorbedor más fuerte de la luz solar de cualquier sustancia en la atmósfera”, explica a este diario.
Ramanathan (Madurai, India, 1944), catedrático desde 1990 de la Institución Scripps de Oceanografía en la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos), se mostró ayer optimista: “Tenemos ante nosotros la enorme tarea de ralentizar el cambio climático”. El reconocimiento le llega sólo un mes después del acuerdo de París, lo que le motivará para “trabajar aún más intensamente y hacer lo posible para llamar la atención sobre este problema”, declaró. Pertenece a la Academia Nacional de
Demostró la influencia que tienen las partículas contaminantes, los CFC y el hollín en el calentamiento global
Ciencias de EE.UU. y a la Academia Científica Pontificia, y ha sido una de las personas que han asesorado al papa Francisco para su reciente encíclica ambiental
(Laudato si’) en que pide que la lucha contra el cambio climático y la pobreza vayan de la mano.