El plan hidrológico del Ebro, en manos de la UE
El Gobierno del PP, en funciones, aprueba sin consenso un caudal para el tramo final del río que ecologistas y Generalitat ven como la muerte del Delta
Con retraso, pues la Unión Europea (UE) instó a tener revisados y aprobados todos los planes hidrológicos antes de acabar el 2015, y sin consenso, el Consejo de Ministros español aprobó ayer por real decreto la planificación hidrológica de más de una decena de cuencas de toda la Península, incluida la más polémica, la del río Ebro, desde su nacimiento hasta la desembocadura, en el Delta. El plan, que prevé 465.000 hectáreas más de regadío para los próximos seis años, y posibilita la construcción futura de 52 nuevos embalses, satisface a la mayoría de comunidades de regantes, pero indigna a los ecologistas y a la Generalitat.
Tan sólo Europa puede hacer encallar el nuevo plan hidrológico, aprobado para que sea vigente hasta el 2021. Un documento que es una “aberración”, según la Generalitat, y que supondrá “la muerte segura” para la plana deltaica si se acaba aplicando, en palabras de los ecologistas. También los gobiernos de Navarra y la Comunidad Valenciana se oponen al plan.
Con prisas, el Gobierno del PP, ahora en funciones, ha acabado dando validez al documento que a lo largo del pasado año fue superando sin apenas modificaciones todos los trámites legales antes de su aprobación definitiva, con una penúltima escala el pasado otoño en el Consejo Nacional del Agua. La amenaza de una sanción por parte de la UE en caso de más demoras, explica las urgencias del Ejecutivo de Rajoy, que se ha mantenido implacable, haciendo valer la mayoría absoluta ganada en las urnas de las elecciones del 2011.
No se han incluido ninguna de las alegaciones y exigencias presentadas de forma consensuada por el Departament de Territori i Sostenibilitat, las entidades ambientalistas y la Plataforma en defensa de l’Ebre, que aglutina la respuesta social al plan hidrológico en las Terres de l’Ebre.
Para el tramo final del Ebro, el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente ha mantenido un caudal de poco más de 3.000 hectómetros cúbicos anuales, prácticamente la mitad de lo que se había exigido desde Catalunya, con la única excepción de los regantes de Lleida y los de la Comunitat de la Dreta de l’Ebre. El ansiado caudal ecológico, en años de sequía, se ha fijado desde Catalunya para el tramo final del río por encima de los 5.871 hectómetros cúbicos anuales, casi el doble de lo aprobado ayer de forma definitiva.
“Estamos profundamente decepcionados, esperamos que desde Europa se pueda hacer una rectificación, estoy seguro que se amenazará a España con retirar ayudas europeas por incumplir las directivas europeas del agua, la Unión Europea es consciente que se está cometiendo una aberración en el tramo final del Ebro”, destacó ayer Xavier Pallarès, delegado de la Generalitat en las Terres de l’Ebre. Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura, aseguró ayer tras el Consejo de Ministros que los ríos españoles estarán a partir de ahora “en mejores condiciones de conservación” porque “se aumenta y se mejoran los caudales ecológicos”.
Las Terres de l’Ebre respondieron
La Generalitat y los ecologistas confían en que Europa frenará el plan por vulnerar la directiva europea marco del agua
con rapidez ayer anunciando nuevas movilizaciones masivas y una batalla legal tanto ante el Tribunal Supremo con, principalmente, en Europa, donde hace más de dos años que los ambientalistas están presionando para que la UE vigile los planes hidrológicos del Gobierno del PP. La PDE prepara ya una gran manifestación en febrero. “Si no se para el plan hidrológico, el delta del Ebro no es viable”, advirtió ayer Manolo Tomàs, líder histórico de la plataforma.