La cultura inunda Valencia
Con el cambio de signo político se multiplican las propuestas en la ciudad, ya sean de arte, teatro, música, diseño o edición de libros
Unos lo definen como “estallido”, otro como “revolución” . Se trata de la vigorosa manifestación cultural que se está evidenciando en Valencia, en todos los ámbitos. Desde la organización de actos culturales populares, festivales urbanos de arte o musicales; la actividad museística de calidad, la recuperación de espacios teatrales, la creación de foros de debate y reflexión, la edición de libros, principalmente en valenciano, hasta programaciones exquisitas en ámbitos como el cine, el diseño, la moda o la gastronomía.
El joven historiador y editor de Drassana Llibres Vicent Baydal subraya que “es una realidad que comenzó a gestarse hace dos o tres años justo antes del cambio político, o tal vez lo ha acompañado, cosa que confirma un cierto cambio en la sociedad valenciana”. Y nadie duda de que el la caída del PP en las instituciones valencianas y el ascenso de la izquierda valencianista ha favorecido que este movimiento cultural se haya instalado en la ciudad con una fuerte penetración urbana, especialmente en los barrios.
El periodista Eugenio Viñas, redactor jefe de Cultura de Valencia Plaza, es uno de los impulsores de València Vibrant, un importante foro de la sociedad civil valenciana para el debate sobre la ciudad y la creación cultural. Viñas razona que hay mucho de “reacción” de la gente de la cultura valenciana “al fracaso del chorreo de millones a los grandes eventos, principalmente deportivos como la fórmula 1 o el Open de Tenis, y casi nada a la cultura”. Al igual que Baydal, toma como referencia los dos últimos años del gobierno del PP y un hecho que, a su juicio, determinante: el cierre de RTVV, en noviembre del 2013. “Aquello fue un shock que se sumaba al shock cultural por el debilitamientodemanifestacionescomola Mostra de Valencia, de museos como el IVAM, la industria editorial y los ataques al valenciano”. “Muchos profesionales tuvieron que emigrar, mientras se instalaba el mantra de que Valencia era la ciudad de la corrupción; mucha gente dijo basta”.
Otro aspecto fundamental de esta “revolución” es que ha surgido de la sociedad civil, al margen de las instituciones. De alguna manera, el PP, cuya única gran apuesta por la Cultura fue la Ópera del Palau de les Arts, forzó que así fuera. Cuando el pasado mes de mayo se con- cretó el cambio de color político en las instituciones, de la derecha a la izquierda, la mayor parte de este movimiento estaba ya en marcha.
Es el caso de los festivales urbanos como Cabanyal Íntim (teatro), Ingramurs (arte urbano y de acción en el centro de Valencia), Russafa Escènica (teatro y danza), Benimaclet Confusión (arte), La Cabina (el único festival de mediometrajes del mundo), Cinema Jove (cine), MUV! Música Urbana (música pop), Ciutat Vella Oberta (arte), Distrito 008 (multidisciplinar) o Russafart (arte). Aunque es cierto que el cambio político ha permitido, como ejemplo, recuperar espacios como el Teatre el Musical gestionado por el Ayuntamiento.
Baydal razona los factores socioculturales que han permitido este cambio en la ciudad. Por una parte, el proceso de formación, maduración y modernización de la sociedad valenciana durante las últimas décadas, y por otra, la incorporación, con dificultades enormes, del valenciano no sólo como lengua de calle, sino como lengua de la cultura”. El caso de las editoriales es un claro ejemplo. A las clásicas Bromera o Tres i Quatre se han sumado otras jóvenes como Drassana Llibres o también Sembra Llibres, que dirige Joan Carles Girbés. O a la “moguda” de música en valenciano, con decenas de grupos y solistas en activos, festivales y difusión de esta música en redes sociales. Este editor advierte de cómo esta explosión de cultura ha ido en paralelo al crecimiento del valencianismo político. Sin embargo, se alerta del riesgo de que la falta de apoyo institucional y de “grandes” inversores dificulte la continuidad de esta “fiebre” de la cultura en Valencia. La Generalitat Valenciana aún no ha definido su nueva política cultural, aunque todo apunta a que se apoyará a estos sectores. “Necesitamos además un ecosistema comunicativo propio”, añade Baydal. El president Ximo Puig se ha comprometido a reabrir RTVV antes del 2017.
El valenciano es la lengua vehicular de nuevas iniciativas tras años de ninguneo del PP