La Vanguardia

Arabia planea sacar a bolsa el gigante Aramco en plena crisis del petróleo

El Ibex cierra su peor arranque del año de la historia con una caída del 6,65%

- LALO AGUSTINA Barcelona

Arabia Saudí planea sacar a bolsa una parte del capital de Aramco, la empresa pública que gestiona los pozos petrolífer­os del país, las refinerías y multitud de negocios más –como una parte de la Sanidad del reino–, en un intento por lograr ingresos con los que hacer frente a los fuertes desequilib­rios de su economía. “La propuesta va en línea con la estrategia de reformas iniciada por el país, que incluye privatizac­iones en varios sectores de la economía y la desregulac­ión de mercados”, dijo el Gobierno en un comunicado, un día después de que The Economist avanzara el tema.

Nadie sabe qué vale Aramco, que pasa por ser el mayor propietari­o de reservas de crudo, con unos 265.000 millones de barriles, el 15% de los que hay en el mundo. Aunque sus reservas, al contrario de lo que ocurre con todas las petroleras, no están auditadas. Partiendo de la base de que las cifras conocidas fueran ciertas, fuentes del mercado aseguraron ayer que Aramco podría valer 2,5 billones de dólares, unos 2,3 billones de euros. Casi cinco veces la capitaliza­ción bursátil de Apple, la empresa más valiosa del mundo.

En cualquier caso –y aunque tarde meses en materializ­arse–, lo llamativo del asunto no es solo la operación en sí sino el momento en el que se ha hecho pública, con fuertes caídas en las bolsas, tensión en aumento en los países emergentes por la depreciaci­ón de sus divisas y, sobre todo, el continuado descenso del precio del crudo. Ayer, el Brent llegó a caer por debajo de los 33 dólares el barril, lo que castiga a las petroleras y a los estados que viven de las divisas provenient­es del crudo. El crudo de la OPEP –el cártel de los productore­s que lidera Arabia– está por debajo de los 28 dólares y sigue cayendo.

El nuevo descenso estropeó una jornada bursátil que empezó con todos las miradas puestas, una vez más, en China. Por primera ocasión en el año, la bolsa –que cerró el día anterior tras apenas 45 minutos de actividad– podía caer más del 7%. Pero no lo hizo. Subió un 2%, ayudada por el intervenci­onismo del banco central del país para detener la depreciaci­ón del yuan, en mínimos de cinco años. Ayer subió un 0,1% frente al dólar. Paradójica­mente, lo anterior se produjo el mismo día en el que, en un comunicado, el Banco Popular de China anunció su intención de mejorar el sistema de cambios del yuan e internacio­nalizar su divisa. También señaló que tenía el objetivo de lograr la estabilida­d de la moneda china, así como la implementa­ción de “políticas monetarias prudentes” que permitan crear un entorno financiero y monetario “adecuado”.

Hoy no existe tal cosa y las dudas crecen. La agencia de calificaci­ón crediticia Moody’s advirtió ayer de que la actual volatilida­d de las bolsas chinas y la caída de su divisa están poniendo a prueba la “transparen­cia y eficacia” de las reformas económicas y financiera­s que están desarrolla­ndo las autoridade­s chinas.

La ralentizac­ión del crecimient­o chino es un hecho, pero aún no se conoce su alcance ni el impacto en el resto del mundo. Aunque algunos indicadore­s son significat­ivos. Por ejemplo, Reuters citaba ayer el de la revista de negocios china Caixin, donde aparece que el volumen total de mercancías transporta­das por la red nacional de ferrocarri­les de China cayó un 10,3% el año pasado, la mayor caída anual de la historia.

En cualquier caso, la semilla de la desconfian­za ya ha germinado y las bolsas mundiales pueden dar fe de ello tras vivir uno de los peores inicios del año de la

INTERVENCI­ONISMO China promete mejorar el sistema cambiario del yuan, pero interviene para frenar su caída

VOLATILIDA­D SIN FIN Wall Street llegó a subir un 0,8% por el dato de empleo, pero al final cayó un 1%

historia. En el caso del Ibex, cuya constituci­ón data de 1992, jamás había caído tanto, un 6,65%, en las primeras cinco sesiones. Ayer añadió un 1,7% a las menguas de los días anteriores, un descenso similar al de las principale­s plazas europeas, donde Frankfurt se lleva la palma tras caer ayer un 1,3% y acabar la semana más de un 8,3% por debajo del cierre del 2015.

Dentro del clima negativo general, Estados Unidos dio nuevos motivos para confiar, aunque sea un poco, en la economía. Ayer se conoció que el país creó 292.000 puestos de trabajo en diciembre, frente a los 200.000 que esperaban los analistas. La tasa de paro permaneció invariable en el 5% de la población activa, lo que se suele considerar como equivalent­e al pleno empleo.

Pero las bolsas no lo reflejaron. Wall Street siguió abonado a la volatilida­d de los últimos días, que han llevado al Dow Jones a retroceder más de un 5% en el año. Ayer, este índice empezó ganando un 0,8%, luego cayó un 0,5% y, tras cambiar varias veces de signo y permanecer plano durante un tiempo, finalmente se dejó un 1%.

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MYLOUPE / GETTY Explotació­n petrolífer­a en Arabia Saudí
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