Modelos en expansión
San Francisco es la ciudad en la que la denominada “economía colaborativa”, la “sharing economy” ha registrado una mayor penetración. Desde allí, dos gigantes como Uber y Airbnb están transformando los mercados del taxi y del turismo en la mayor parte de ciudades del planeta. Las dos empresas son hijas del siglo XXI y las dos también (pese a no haber registrado todavía beneficios) tienen una valoración de mercado que refleja el apoyo que tienen de los grandes fondos de capital riesgo y las altas expectativas financieras que han puesto en ellas. Pero su expansión no ha estado exenta de polémica. Recientemente, San Francisco celebró una consulta que quería limitar las actividades de Airbnb porque consideraban que el éxito de esta empresa estaba cambiando el perfil de la ciudad y encarecía los precios de la vivienda. Los impulsores de esta consulta, entre ellos colectivos de vecinos pero también la industria hotelera tradicional, se quedaron a las puertas de forzar el cambio, pero para impedirlo, Airbnb tuvo que emplearse a fondo con una campaña de imagen en toda regla. En Europa, sin embargo, la mayor polémica la está provocando Uber, que está formalmente prohibida en mercados como España, o que es objeto de una fuerte rechazo en Francia. Sólo algunas iniciativas, como la de la ciudad de Amsterdam, toleran su presencia.