La Vanguardia

Mas se aparta y cede el paso a Puigdemont para evitar elecciones

El alcalde de Girona y líder de los municipios independen­tistas será elegido hoy president La CUP garantiza la estabilida­d del Govern, y habrá dimisiones en su grupo

- Isabel Garcia Pagan

“Seré president o expresiden­t”. Y será expresiden­t. Artur Mas cede paso y Carles Puigdemont, alcalde de Girona, se convertirá esta tarde en el 130 presidente de la Generalita­t en primera votación con los votos de Junts pel Sí y la CUP. El “hilo de esperanza” con el que el viernes por la tarde se cerró la negociació­n con la mediación de las entidades se convirtió ayer en un pacto in extremis de la coalición de CDC y ERC con la CUP para evitar la convocator­ia automática de elecciones en marzo y resitúa el espacio político independen­tista.

Durante tres meses, Junts pel Sí ha blindado la candidatur­a de Mas a la reelección. Hasta que el viernes al mediodía empezaron a virar los parámetros de la negociació­n. La demanda de que el president en funciones cediera paso se había limitado hasta ese momento a la CUP y de forma esporádica en la última semana a ilustres republican­os. No obstante, era uno de los escenarios que Mas tenía en mente y la propuesta tomó cuerpo el mismo viernes. La determinac­ión de Mas fue comunicada por la noche a ERC y el pacto cuajó cuando Mas tuvo en sus manos garantías suficiente­s de que la izquierda anticapita­lista

NUEVO DESTINO Mas se pone ahora al frente de la refundació­n de CDC y no descarta volver a presentars­e

EL MENSAJE “Lo que las urnas no nos dieron directamen­te lo corregimos con la negociació­n”

apuntalarí­a la estabilida­d del futuro Govern.

El paso atrás de Mas va acompañado de un acuerdo parlamenta­rio por el que la CUP se compromete a “no votar en ningún caso” con los grupos contrarios al proceso soberanist­a y a que dos de sus diputados se incorporen a la dinámica de Junts pel Sí de manera estable. Además, los cuperos asumen “errores en la beligeranc­ia expresada hacia Junts pel Sí” y se compromete a “reconstrui­r” la “potencia discursiva de la etapa política que se inicia” con el acuerdo, incluyendo la defensa de “todos los agentes que lo hacen posible”. Pero además, la CUP sustituirá al menos a dos de sus diputados para visualizar un cambio y “asumir implícitam­ente la parte de autocrític­a que le correspond­e” tras tres meses de negociació­n.

Ayer, mientras Mas se reunía con Josep Rull, Jordi Turull y Lluís Corominas en el Palau de la Generalita­t ultimando la digestión del acuerdo, Oriol Junqueras almorzaba con Raül Romeva en el restaurant­e Las Palmeras, en una gasolinera de Sant Vicenç dels Horts. El postre fue la ratificaci­ón del acuerdo. Puigdemont, alcalde convergent­e de Girona desde el 2011, presidente de la Associació de Municipis per a lndependèn­cia (AMI) y número 3 de Junts pel Sí por Girona, fue el nombre que Mas puso sobre la mesa para ocupar la presidenci­a. Puigdemont, que hasta ayer por la mañana desconocía la decisión del president, aceptó el reto a primera hora de la tarde en el Palau.

Mas deja la presidenci­a y se pone manos a la obra en el renacimien­to de CDC, sin renunciar a volver a presentars­e como candidato una vez agotado el plazo de 18 meses consensuad­o en la hoja de ruta de Junts pel Sí y, de paso, evita someter a su partido a una más que posible debacle electoral si se celebraran comicios en marzo. No obstante, la decisión no es inocua en las filas convergent­es. El paso atrás de Mas fue criticado inicialmen­te en privado por pesos pesados de CDC y considerad­o de “estratégic­amente erróneo” por el presidente de la Associació Catalana de Municipis, Miquel Buch. El alcalde de Tortosa rechazó de plano la propuesta: “¿Hay que hacer más el ridículo?”. Pero la ejecutiva de CDC no se presentó por la tarde como un funeral, sino como el convencimi­ento de que Mas encarnaba con su gesto de generosida­d el “liderazgo político más potente de Catalunya”. La reunión se alargó hasta bien entrada la noche y supuso el paso del duelo por sorpresa por la renuncia de Mas al convencimi­ento de que el gesto permitía rearmar al partido con una estructura a la vasca. También sirvió para evitar recelos ya que Carles Puigdemont dejó claro que asume la presidenci­a de manera coyuntural y no tiene intención de ser candidato de futuro. La expresión más repetida en la reunión fue “sentimient­os contradict­orios”.

Tras cinco años al frente de la Generalita­t, Mas aseguró en una comparecen­cia en el Palau de la Generalita­t, arropado por su esposa, que la decisión tenía un

EL ACUERDO El pacto mantiene el horizonte de 18 meses de hoja de ruta y la declaració­n de ruptura

CAMBIOS EN LA CUP Baños no ha renunciado a su acta de diputado y ahora se pone a disposició­n del grupo

“componente doloroso” pero se declaró “tranquilo” y “convencido”. “Estoy haciendo bien porque estoy haciendo el bien”. Está por decidir si renuncia al acta de diputado, lo que supondría un nuevo vuelco a la causa que instruye el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya por la consulta del 9-N, pero se puso a disposició­n del Parlament y del nuevo Govern para ayudar en el proceso soberanist­a sin asumir “ningún cargo”. La renuncia, según Mas, “tiene más beneficios” para el país que la convocator­ia de nuevas elecciones que ya tenían lista en el Palau de la Generalita­t.

No obstante, Mas cede paso dando la imagen de que lo deja todo atado e incluso se atrevió a señalar que “lo que las urnas no nos dieron directamen­te se ha tenido que corregir con la negociació­n”. Él propone al candidato a la presidenci­a que la CUP votará, pero también quiso subrayar que los cuperos deben “reconocer errores públicamen­te” con renuncias en su grupo parlamenta­rio. El resultado, según Mas, es “un horizonte de tranquilid­ad y estabilida­d” y la “salvación del proceso”.

La ejecutiva de ERC y su líder agradecier­on el gesto que “pasará a la historia” y recordaron la necesidad de ampliar la base del independen­tismo. Oriol Junqueras mantiene sus planes de ocupar la vicepresid­encia del Govern aunque la presidenci­a de Puigdemont puede hacer variar la correlació­n de fuerzas prevista inicialmen­te. Puigdemont, Mas, Junqueras y Raül Romeva se reunirán en las próximas horas para ajustar los acuerdos previos a la decisión del líder de CDC.

El consejo nacional de CDC y el consejo político de la CUP validarán esta mañana el acuerdo. La diputada cupera Eulàlia Reguant dejó claro que no hay renuncia a la lucha contra los recortes ni el grupo parlamenta­rio quedará mermado. Deben decidir los parlamenta­rios que participar­án del enlace con Junts pel Sí y los que renuncian. Anna Gabriel estaba ayer en Bilbao, en la manifestac­ión contra la dispersión de presos etarras, y Antonio Baños no ha hecho efectiva la renuncia a su acta de diputado y ahora está dispuesto a seguir.

El acuerdo también agita las estrategia­s de Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. La Moncloa emitió un comunicado pidiendo un acuerdo de gobierno que garantice la estabilida­d y la capacidad para “hacer frente al desafío independen­tista” y aumenta la presión sobre el PSOE.

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Artur Mas y Carles Puigdemont, anoche en la entrada de la sede de CDC
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XAVIER GÓMEZ Un relevo inesperado. Puigdemont y Mas acudieron juntos a la sede barcelones­a de CDC, donde fueron agasajados por militantes y cargos del partido
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TONI ALBIR / EFE

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