Críticas a Sean Penn por su cita con el Chapo prófugo
México quiere interrogar al actor por entrevistarse con el narco fugitivo
La leyenda de Joaquín el Chapo Guzmán sigue al alza.
“Compadre”. Con ese saludo y un abrazo recibió el entonces fugitivo más buscado al actor y director Sean Penn.
Sucedió el pasado 2 de octubre, en un punto remoto de la selva de México tras su fuga de julio. Mientras el Gobierno de Enrique Peña Nieto destinaba los medios posibles para cazar al Houdini del narcotráfico y jefe del poderoso cartel de Sinaloa –no lo logró hasta este viernes–, el evadido de la cárcel de máxima seguridad de Altiplano compartió siete horas de mantel y tequila con el laureado representante de la galaxia cinematográfica.
Llegó hasta ese punto –los oficiales locales aseguran ahora que el encuentro se produjo en Tamazula, en el estado de Durango– por la intermediación de Kate del Castillo, la reina de las telenovelas mexicanas. El viaje arrancó en Los Ángeles, y los contactos –antes, durante y después– se produjeron mediante sistemas de encriptación. Incluso la avioneta con la que les trasladaron, una vez dentro del país vecino, disponía de mecanismos para oscurecer su detección en los radares.
“No bebo, pero hoy lo haré por usted”, le confesó el anfitrión a su distinguido invitado. Así lo escribe Pennenunartí culoentrevista para el magazine Rolling Stone. L a revista lo publicó on line la noche del sábado (madrugada de ayer en Barcelona).
Todo empezó antes de su detención en el 2014, a los trece años de su primera fuga. Los abogados de Guzmán contactaron con Del Castillo. Recibían numerosas peticiones de Hollywood. “A él le interesaba ver su historia en un filme”, indica Penn.
Además de preguntarle por su relación con el difunto Hugo Chavéz, una de las primeras cuestiones que el Chapo le formuló consistió en saber si su figura interesaba en Estados Unidos.
El actor le requirió por sus actos violentos. Replicó que jamás era el quien los iniciaba y que sólo se servía de esa violencia en su defensa. Pero matizó: “No quiero ser retratado como una monja”.
A los seis años, en el seno una familia muy pobre, el Chapo comenzó a vender naranjas y chucherías. A los 15, sin opciones laborales, empezóen eltrapicheo. “Laúnicamanera de tener dinero para comprar comida, para sobrevivir, era el cultivo
Sean Penn burló la vigilancia y comió y bebió durante siete horas con el narco en plena búsqueda
de la adormidera, de marihuana”. De ahí, del rancho La Tuna, se mudó a Culiacán, luego a Guadalajara.
Hoy, en una confesión sin precedentes, sostiene: “Yo abastezco más heroína, metanfetamina, cocaína y marihuana que ningún otro en el mundo. Dispongo de una flota de submarinos, aviones, camiones y barcos”.
Penn, como prevención ante la tormenta, aclara: “No me enorgullezco por mantener secretos que pueden ser percibidos como protección a un criminal”.
Las autoridades mexicanas anunciaron que quiere interrogar al actor por esa entrevista, en la que al Chapo le picó la curiosidad por saber cuánto le pagaba Rolling Stone . Guzmán se supone que tiene una fortuna que ronda los 1.000 millones de dólares.
Aún más. La Casa Blanca afirmó que la “llamada entrevista” entre elactor yelnarco “planteamuchas dudas tanto para Penn como para otros implicados”.
Lo declaró Denis McDonough, jefe de Gabinete del presidente Ba--
rack Obama, en la CNN, donde calificó de “exasperante” el comentario del capo respecto al imperio que lidera. En concreto, utilizó la expresión “fanfarronería” para calificar el supuesto volumen comercial de la empresa que dirige Guzman, dentro y fuera de la cárcel, como reconoce al actor.
“Ya veremos qué ocurre con esa entrevista. No voy a adelantarme a los acontecimientos”. Es lo que dijo McDonough al preguntarle si la Casa Blanca colaborará en caso de que el Gobierno de Peña Nieto solicite formalmente la comparecencia del actor.
“Hay una epidemia de heroína, de adicción a los opiáceos, en este país. Vamos a seguir combatiéndola con nuestros socios mexicanos hasta que la tengamos bajo control”, remarcó.
Tras reconocer que “las drogas destruyen”, el Chapo precisó a Sean Peen con un “no, eso es falso”. A él, dijo, no se le puede achacar en exclusiva el consumo. “El día que yo no exista, no va a bajar el tráfico de drogas”, concluyó.
Las autoridades mexicanas insistieron ayer en que esos contactos “encriptados” les proporcionaron la pista para localizar al huido. A los pocos días de la cita entre Sean Penn y el Chapo se produjo una acción militar de la que el perseguido logró evadirse por muy poco. “Nohagacasoalo smedios,sólo tuve una pequeña contusión en una pierna”, le asegura el cabecilla del cartel de Sinaloa –él niega que sea un cártel– al actor en unos correos posteriores.
Sí es cierto que el cara a cara previsto con cámaras no se pudo hacer. Penn optó por enviarle un cuestionario, y el otro se lo devolvió. En el magazine colgaron un extracto del vídeo, en el que uno de los hombres del Chapo le formula las preguntas remitidas.
“El Chapo está entre rejas y ahí debe permanecer”, remató McDonough. Queda por resolver bajo la jurisdicción de qué país.
Fuentes del Ejecutivo mexicano reconocieron que, superadas las reticencias, su país está dispuesto a extraditar a Guzmán a Estados Unidos, que le acusa de numerosos cargos de tráfico de droga y asesinatos. “México está listo, tenemos planes para cooperar con EE.UU.”, señalaron. Sin olvidarse de advertir que el proceso no será de la noche a la mañana. Requerirá su tiempo. Los abogados del Chapo han anunciado una retahíla de recursos.
El vídeo en el que el entonces fugitivo responde a las cuestiones de Penn tiene una banda sonora. En todo momento se escucha el canto de un gallo. –¿Se considera violento? –No, señor.