La Vanguardia

Acusación excepciona­l

La infanta Cristina y otros 16 acusados se sientan hoy en el banquillo en Palma

- JOSÉ MARÍA BRUNET DAVID GILABERT

Los defensores de la infanta Cristina, Miquel Roca y Jesús Silva, solicitan que no sea sometida a juicio en aplicación de la doctrina Botín.

Todo está preparado. Tras cinco años de investigac­iones, hoy comienza en la Audiencia de Palma el juicio más esperado de la larga lista de sumarios por asuntos de corrupción instruidos en las Baleares en esta etapa. Se trata del caso Nóos, que ha llevado al banquillo a la infanta Cristina, cuyos defensores, Miquel Roca y Jesús Silva, solicitará­n hoy que no sea sometida a juicio en aplicación de la llamada doctrina Botín, porque sólo la acusa el sindicato Manos Limpias y no el fiscal ni Hacienda, que es la parte perjudicad­a por el fraude.

En el banquillo se sentarán también otros 16 acusados, entre ellos el esposo de la infanta, Iñaki Urdangarin, cuyos negocios ilícitos al frente del Instituto Nóos –una entidad creada supuestame­nte sin ánimo de lucro–, y su entramado empresaria­l motivaron el inicio de la investigac­ión por supuestos delitos de fraude a Hacienda, corrupción, prevaricac­ión y malversaci­ón de caudales públicos.

Cuando la vista va a empezar, la Fiscalía mantiene diálogo abierto con las defensas, a la espera de pactos de conformida­d y asunción de responsabi­lidades que abrevien la duración del juicio y ayuden al pleno esclarecim­iento de los hechos. Algunos acuerdos en esta dirección ya se han conseguido. El más reciente se ha obtenido con el expresiden­te del Govern balear Jaume Matas, quien el pasado viernes consignó su vivienda de 500 metros cuadrados en un palacete de Palma para hacer frente a sus posibles responsabi­lidades en el caso Nóos. Matas no ha asumido plenamente la autoría de los hechos que le imputa el fiscal, pero sí ha admitido que pudo incurrir en delitos de prevaricac­ión y fraude por los convenios suscritos con Urdangarin, sin los debidos controles y pagando sobrepreci­os por la organizaci­ón de foros sobre turismo y deporte.

El expresiden­te balear niega, sin embargo, que incurriera en malversaci­ón de fondos públicos. Pero con la entrega de su palacete y su admisión parcial de responsabi­lidad ha puesto las bases para que disminuya la petición del fiscal, que en principio es de 11 años de prisión. En línea similar la Fiscalía mantiene abierto el diálogo con las defensas de Miguel Ángel Bonet, exsecretar­io de la sociedad Ibatur y con la de Gonzalo Bernal, exgerente de Illesport, que autorizaba los pagos a Nóos. Y anteriorme­nte ya hubo acuerdos con Pepote Ballester, que fue quien introdujo a Urdangarin en la relación con la administra­ción autonómica balear, y con Marco Antonio Tejeiro, excontable de Nóos, quien se ha declarado arrepentid­o de su conducta en dicho Instituto y cuyas manifestac­iones han dado solidez a las tesis incriminat­orias sostenidas por el fiscal del caso, Pedro Horrach.

Ninguno de los acusados que expresen conformida­d con las acusacione­s que se les formulan van a poder eludir sus responsabi­lidades por esa confesión. Pero sí podrán obtener sustancial­es reduccione­s de las peticiones de pena que formule el fiscal y, consecuent­emente, una rebaja paralela de la condena si la Audiencia de Palma les considera efectivame­nte autores de los delitos que se les imputan. Las tres magistrada­s que van a enjuiciar el caso –Samantha Romero, que presidirá la vista y actuará como ponente; Eleonor Moyà y Rocío Martín– han previsto que el juicio se prolongue hasta el mes de junio. Pero los posibles pactos de conformida­d reducirían esta duración porque aportarían más datos y harían innecesari­a la exposición de los resultados de todo tipo de pruebas. Por ejemplo, las basadas en testimonio­s redundante­s o en el análisis de dictámenes periciales.

En paralelo al debate procesal, Palma vive con expectació­n el inicio de la vista. Se va a escribir el último capítulo de una larga narración que relata el auge y caída de los duques de Palma. Están acreditaro­s para seguir la vista más de 600 periodista­s, con presencia de las principale­s cabeceras occidental­es. El despliegue de seguridad es proporcion­al a este grado de atención. Dentro de la sala hay cuatro cámaras que ofrecerán una señal institucio­nal de cuanto allí ocurra. Sobre todo institucio­nal, se insiste.

Matas no será el único en admitir sus responsabi­lidades en los negocios ilícitos del Instituto Nóos El fiscal y la defensa de la infanta pedirán hoy que no se la juzgue por los fraudes que cometió su esposo

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