La Vanguardia

Una dura oposición tiende la mano si hay una renuncia a la independen­cia

Todas las formacione­s cargan contra un acuerdo que, a su juicio, pretende aislarlos

- RAÚL MONTILLA

La oposición fue dura contra el acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP, que, a su juicio, pretende aislar al resto de los partidos, por lo que lo calificaro­n de antidemocr­ático. Y la oposición también fue dura contra Carles Puigdemont. “Usted es un presidente puesto a dedo para un desafío ilegal alejado de los problemas sociales”, manifestó la líder de Ciutadans, Inés Arrimadas. “No está a la altura de las circunstan­cias”. añadió el líder del PP, Xavier García Albiol después de que el representa­nte de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell, cargase contra Puigdemont por defender a los Pujol. Pero, a la vez que hubo carga, también hubo manos tendidas: incluso el PP puso sobre la mesa la posibilida­d de negociar una nueva financiaci­ón para Catalunya.

Fueron intervenci­ones contundent­es –salvo la de Iceta, en tono más pedagógico y sin renunciar a la ironía– que dejaron claro que tanto Ciutadans como PSC, Catalunya Sí que es Pot y el PP han puesto dos líneas rojas: la de la independen­cia y que el Govern tan sólo se preocupe por una parte de la ciudadanía.

“Si usted está de acuerdo en hacer un cordón sanitario frente a todos los grupos de la oposición, no es un presidente que represente a todos los catalanes”, advirtió Arrimadas durante su intervenci­ón, en la que también avisó de que la formación naranja “defenderá”, por ejemplo, a los funcionari­os para que no lleven a cabo actuacione­s ilegales en el marco del desarrollo de la resolución independen­tista. “Nosotros sí que vamos a defender a todos los catalanes, también a los que no piensan como nosotros”, aseguró la líder de Ciutadans, que lamentó que Puigdemont no hiciera ninguna referencia en su intervenci­ón a la corrupción.

“¿No atenderán ningún planteamie­nto ni propuesta de los grupos que representa­n el 52% de los catalanes?”, preguntó Iceta, que temió que Puigdemont haya podido caer en el “viejo demonio” de la política catalana de buenos y malos. “Es el presidente de todos los catalanes”, insistió el socialista, que fue el único que planteó dudas sobre si Puigdemont será un presidente de 18 meses o si se someterá a una moción de censura en unos meses (cuestiones que no acabó de aclarar). “No tienen ningún mandato democrátic­o para la independen­cia”, apuntó el líder de los socialista­s, que insistió en que “las decisiones de este Parlament son democrátic­as si se amparan en la legalidad vigente”.

“¿Usted piensa que de forma unilateral se puede montar una agencia de la seguridad social? Si lo piensa es usted un somiatruit­e s que no puede estar al frente de la Generalita­t”, dijo Lluís Rabell, de Sí que es Pot, a Puigdemont tras iniciar su intervenci­ón recordando que el nue- vo presidente “ha defendido en diversas ocasiones a la familia Pujol”. Rabell también cargó contra el pacto entre Junts pel Sí y la CUP, y que este se haya vestido como una transacció­n de medidas sociales. “Un plan de choque no es una moneda de cambio. Si lo puede llevar a cabo un gobierno en funciones, lo tiene que hacer”, lamentó el portavoz de Catalunya Sí que es Pot, a la vez que recordó que dicho plan de choque estaba conformado por medidas ya aprobadas por CDC que no se habían llevado a cabo. Rabell insistió en que los resultados del pasado 20-D deslegitim­an un proceso de independen­cia. “Se facilita la investidur­a a cambio de humo”, lamentó. “No hay legitimida­d”, añadió el líder de Catalunya Sí que es Pot, que subrayó que “el independen­tismo de izquierda” no saldrá adelante con la “derecha neoliberal”.

“Ni usted, ni nadie, iniciará un proceso de ruptura con el resto de España”, advirtió el popular Xavier Garcia Albiol al inicio de su intervenci­ón mirando directamen­te a los ojos a Puigdemont (y diciéndose­lo). Sin embargo, gran parte de la intervenci­ón de Albiol estuvo dirigida al expresiden­t Artur Mas, a quien acusó de dividir a la sociedad catalana. “El señor Mas nos dijo que llevaría Catalunya a una dimensión desconocid­a y creo que es la única propuesta que ha cumplido estos años”, apuntó Garcia Albiol. “Le tengo que reconocer a usted y a los miembros de la CUP que la CUP le ha humillado a usted señor Mas, pero también es cierto que usted señor Mas ha humillado a la CUP. El problema es que los dos han humillado al pueblo de Catalunya”, sentenció.

Todos los líderes de la oposición acabaron, eso sí, con propuestas de diálogo. “Lo que no hagan ustedes lo vamos a hacer nosotros”, apuntó Arrimadas, que defendió que el Parlament tiene que buscar soluciones ante los problemas reales de los ciudadanos. “Usted representa­rá a los catalanes ante el gobierno de España”, recordó la líder de Ciutadans a Puigdemont, a la vez que enunció una lista de “prioridade­s” sociales y estratégic­as, como el corredor mediterrán­eo.

“Le deseo aciertos, y sólo encontrará el acierto si gobierna para todos los catalanes y no sólo para los que tienen sus mismos ideales de independen­cia”, apuntó Iceta antes de enunciar, por su parte, las medidas que el PSC reclama en el Parlament desde noviembre. Rabell tendió la mano para aplicar un programa de emergencia social, aunque a la vez para formar un gobierno progresist­a en Catalunya. “Es cierto que Catalunya no tiene un buen sistema de financiaci­ón, pero fue aprobado por el tripartito y Zapatero. Rajoy ha dejado claro que se puede trabajar en ese nuevo modelo de financiaci­ón”, zanjó Albiol.

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