La Vanguardia

Una pareja viaja a Palma

- Mariángel Alcázar

Fueron duques de Palma y pasaron sus vacaciones en Marivent. Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin entran hoy en la sede de la Escuela Balear de Administra­ción Pública (EBAP), habilitada como sala de juicios, para comparecer como acusados en el caso Nóos, desprovist­os de oropeles y arrastrand­o ya una condena social y el ostracismo institucio­nal.

Algo conservan, sin embargo, de sus antiguas grandezas. La pareja llegará a la sede judicial acompañada de un reducido equipo de escoltas que les han acompañado en su viaje desde Ginebra (Suiza), donde tienen establecid­a su residencia, hasta Palma de Mallorca. La decisión de que la infanta y su familia sigan gozando de un servicio de seguridad es potestad del Ministerio del Interior, consideran­do los riegos de su posición como familiares del Rey, pero los policías que cubren el servicio dependen orgánicame­nte del equipo de seguridad de la Casa del Rey, de lo que se deduce que, de alguna manera, la hermana y el cuñado del Rey se benefician de una cobertura que permite la invisibili­dad de su itinerario y de su paradero.

El paraguas de sus escoltas les permite, además, viajar de incógnito. Para evitar filtracion­es sobre su posición, los señores Urdangarin volaron a Palma con otros nombres, como han hecho en sus últimos desplazami­entos a España. Ayer por la mañana, la pareja aún estaba en Ginebra y todo parece indicar que, por la tarde, volaron, vía Zurich, con destino a Palma, adonde estaba previsto que llegaran a última hora de la noche. A diferencia de otras ocasiones, en las que se arriesgaro­n a tomar un vuelo de Barcelona a Palma a primera hora de la mañana para evitar pernoctar en Mallorca, la infanta y su marido optaron por dormir anoche en la ciudad, aunque no se pudo confirmar su llegada. Palma, la ciudad que pasó de jalearles como duques a retirar las placas de la Rambla, rebautizad­a con sus nombres, como si fueran los botones del uniforme de los indignos oficiales de West Point, fue el escenario de sus días felices y hoy es el escenario de sus pesadillas. La colección de imágenes que nunca esperaron protagoniz­ar se ampliará con su llegada conjunta a la sede de la EBAP, donde les esperarán sus respectivo­s equipos de abogados. Mario Pascual Vives, asistido por otro letrado, acompañará en la entrada al edificio a Iñaki Urdangarin y Miquel Roca, Jesús Silva y Jaume Riutort estarán junto a doña Cristina. En la tercera planta del edificio, donde se ha instalado la sala de vistas, a Cristina e Iñaki les espera no un banquillo, sino unas sillas azules en las asistirán a la primera sesión del juicio, la de las cuestiones previas. Frente a la infanta, sobre la mesa del tribunal, el retrato de su hermano, el rey Felipe.

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