Una economía que ha sabido reinventarse
La Jonquera supo reinventarse cuando el 1 de enero de 1993, con la entrada en vigor del mercado único europeo, más del 90% de los agentes de aduanas perdieron su trabajo porque los transportistas de la Comunidad Europea que cruzaban la frontera ya no tenían que pararse en la aduana. El oficio llegó a ocupar a unos 1.000 trabajadores del municipio y de otros pueblos de la comarca. “De las 80 agencias que había quedaron 10 o 15. El impacto fue brutal”, recuerda el exalcalde Jordi Cabezas, que durante 31 años trabajó en una de esas agencias. El Ayuntamiento de entonces, del que Cabezas era concejal, inició los trámites para dinamizar la economía con la creación de polígonos industriales y la venta de terrenos a precios baratos. “Intentamos que grandes marcas se instalasen aquí, pero no lo vieron como una opción de negocio”, recuerda Cabezas. Fueron empresarios locales quienes apostaron por crear riqueza. Como Antonio Escudero, que llegó a La Jonquera en 1972 con 17 años procedente de un pueblo de Albacete y se ha convertido en propietario de un auténtico imperio comercial. Tiene tres supermercados, el gran centro comercial Outlet de la Jonquera, que da trabajo a 500 personas, bufets libres, restaurantes, un hotel y una gasolinera.