Apóstoles de la rehabilitación
El Colegio de Aparejadores cumple 75 años defendiendo la importancia del mantenimiento y mira al futuro a través del diseño de edificios en 3D
Si el coche pasa la ITV, ¿por qué no hace lo mismo con su piso? Es la pregunta que lanzan desde el Colegio de Aparejadores, Arquitectos Técnicos e Ingenieros de Edificación de Barcelona (Caateeb). Sólo el 7% de los edificios de más de 45 años en Barcelona ha pasado la Inspección Técnica de Edificios (ITE), según datos de la Generalitat. La cultura de la revisión y el mantenimiento se encuentra todavía muy lejos de la realidad existente en otros países europeos. “Hay que confiar en un mantenimiento periódico, y el aparejador debe convertirse en el técnico de cabecera del edificio”, dice Jordi Gosalves, presidente del Caateeb, institución que acaba de celebrar sus 75 años de historia y mira al futuro con la intención de estar más presente en la sociedad.
Por eso Gosalves asegura que los profesionales a los que representa son “los apóstoles de la rehabilitación”, ya que es la tarea en la que más puede aportar un aparejador. Tienen una difícil labor de evangelización por delante porque aunque en los últimos años ha ganado peso, el mensaje no ha acabado de cuajar. Su objetivo es que el aparejador sea visto en la comunidad de vecinos con la misma normalidad que, por ejemplo, el técnico encargado del mantenimiento del ascensor. La recuperación económica, que en el Caateeb ratifican con un incremento de tramitación de visados de obra nueva desde finales del 2013, es un factor que no ayuda a hacer llegar su mensaje a los ciudadanos. “Los constructores nos entienden, pero lo que les da dinero de verdad es la obra nueva”, reconoce Gosalves, temiendo que, de nuevo, la construcción de promociones de vivienda tape las muchas posibilidades que ofrece la rehabilitación estructural de los edificios.
Sea como sea, el colegio de aparejadores tiene planes de futuro también para la obra nueva. “La anticipación se encuentra en el ADN del aparejador”, considera Gosalves. Y eso mismo tratan de hacer en el colegio profesional, adaptándose a la situación con sus cursos formativos que poco tienen que ver con los que impartían hace 15 años. Los constantes cambios de normativa y la aparición de nuevas técnicas obligan a ello. La atención se centra ahora en el modelado de información para la edificación (BIM, building information modeling ), “un salto de concepto, mucho más que una herramienta”, según Gosalves. “Ya no se dibuja, ahora se modela”, enfatiza, para explicar el nuevo sistema que recrea los edificios en tres dimensiones. Recoge información geométrica y propiedades de los materiales utilizados, entre otros datos, todos ellos digitalizados y acompañados de aspectos como órdenes de mantenimiento, lo que facilita la gestión integral durante el ciclo de vida del edificio y el entendimiento de aparejadores con otros profesionales como los arquitectos durante su construcción. Siguiendo el nuevo sistema, la redacción del proyecto es más larga pero se compensa con una reducción de costes (del 20% según un estudio de Reino Unido) y una mayor seguridad fruto de haber estudiado y previsto todo de manera previa.
“El aparejador debe convertirse en el técnico de cabecera de la finca”, dice Jordi Gosalves, presidente del Caateeb