El último bourbon por Lemmy Kilmister
El líder de Motörhead fue despedido con una fiesta en ‘su’ bar
Cuando no estaba de gira con Motörhead, un hecho extraño porque vivía por y para los escenarios, Lemmy Kilmister pasaba horas y horas bebiendo bourbon y charlando con quien se le acercase en el Rainbow Bar & Grill de Los Ángeles, una imagen que todos sus fans pudieron recordar ayer en el adiós de esta leyenda del heavy.
Con una ceremonia íntima en el cementerio Forest Lawn Memorial en Hollywood y una fiesta en el Rainbow Bar & Grill, uno de sus lugares fetiche, familiares y seguidores de Lemmy Kilmister despidieron a un músico que, hasta su muerte a los 70 años por un cáncer el pasado 28 de diciembre, siempre caminó por el lado más salvaje y excitante del rock.
En lugar de un funeral al uso, la ceremonia en el Forest Lawn Memorial, que fue retransmitida en directo por internet, fue una celebración del legado y vida de Lemmy, con fotografías del grupo, botas negras, botellas de bourbon, el característico sombrero de Lemmy y amplificadores de sonido presidiendo la escena, casi como si se tratara de un concierto más de Motörhead. Mientras, el Rainbow Bar & Grill acogió durante todo el sábado una jornada especial de homenaje al roquero, con centenares de seguidores de todas las edades, con chupa de cuero, camisetas siempre negras del grupo y tatuajes de todo tipo, peregrinando a este famoso local situado en Sunset Strip.
Un mural con la silueta del cantante en el exterior del bar sirvió para que los amantes de Motörhead escribieran sus dedicatorias y mensajes al líder del grupo, mientras que dentro del local se instaló una especie de altar en el rincón donde Lemmy solía sentarse con velas, flores, botellas, una foto suya haciendo un corte de mangas y un cartel que decía “reservado”.
Jeff y Janine fueron dos de los fieles seguidores de Motörhead que se acercaron a Sunset Strip para celebrar con sus amigos y recordar entre cervezas lo que definieron como “el final de una era”. “Fue el Elvis del heavy metal”, dijeron sobre un músico del que alabaron que era “auténtico”, “real” y que vivía para el rock sin preocuparse por “el ego”.
Lemmy pasaba horas bebiendo bourbon y charlando con quien se le acercase en el Rainbow Bar & Grill