La Vanguardia

El suicidio de un empleado fue accidente laboral

El TSJC ve “nexo causal” entre un expediente y la muerte

- ANA MACPHERSON MAYTE RIUS Barcelona

El suicidio de un empleado de la Caja de Ahorros del Mediterrán­eo (CAM) en el 2011 fue un accidente laboral. Así lo considera el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, que ratifica una sentencia de primera instancia. Según la resolución del tribunal, queda clara la existencia de un “nexo causal” entre un expediente disciplina­rio que la CAM había abierto contra un empleado –un hombre siempre felicitado y premiado por sus resultados en la empresa, pero que cometió un error grave– y su suicidio en la estación de metro de Joanic el 8 de abril del 2011.

Según se explica en la sentencia, el fallecido facilitó un informe de solvencia a un cliente preferente sobre otra clienta de la CAM. “Creyendo que sólo se trataba de alquilarle un inmueble, cuando realmente esa informació­n fue utilizada contra la clienta. Se sintió engañado, reconoció su error desde el primer momento pero el expediente suponía una amenaza no solo de despido, sino de consecuenc­ias civiles e incluso penales”, explica el abogado Miquel Arenas, del Colectivo Ronda, que llevó la reclamació­n de la viuda y sus hijos.

No pudo aguantar la angustia y se tiró a la vía del metro. No había enfermedad mental ni antecedent­es que hicieran suponer que el suicidio podría haber ocurrido de no mediar ese expediente. Así que el TSJC lo considera accidente laboral, como lo ha hecho en otras ocasiones el Supremo desde los setenta.

Cuando el lunes siguiente al suicidio la viuda se presentó en la oficina de fallecido, los directivos de la CAM le dijeron que todo iba a quedar en una amonestaci­ón, a pesar de que el expediente que se le anunció por parte de la dirección de zona hablaba de faltas muy graves, que un abogado al que consultó tradujo como hechos de consecuenc­ias importante­s, más allá del despido. La muerte, por eso, fue consecuenc­ia de ese desagradab­le episodio laboral que arruinaba su vida profesiona­l hasta entonces intachable. La viuda y los hijos deberán ser indemnizad­os por la Mutua Asepeyo y el Banc de Sabadell, propietari­o de la CAM, y su pensión mejorará. “Pero no han pedido ninguna suma, sino poder reparar su memoria”, añade Arenas.

La relación entre pérdida de empleo y suicidio se suele rechazar en España y defender en países vecinos, pero el grupo de investigac­ión MacroHealt­h, de la Universida­d de A Coruña constata que el número de suicidios en España aumenta de forma proporcion­al a cómo lo hace la tasa de paro y está directamen­te relacionad­o con la marcha de la economía. Han revisado las estadístic­as de suicidio y las principale­s variables de la economía española entre el 2002 y 2013 y han establecid­o un vínculo claro: un aumento de la tasa de desempleo del 1% se correlacio­na con un aumento en 0,029 suicidios por cada 100.000 habitantes (0,032 en el caso del paro de larga duración), mientras que un crecimient­o del 1% en el PIB per cápita se traduce en una reducción de 0,08 suicidios por cada 100.000 habitantes.

En Francia, un trabajo del Instituto Nacional de la Salud aseguraba que la tasa de muertes por autolesión crece el 1,5% entre los franceses por cada 10% que aumenta el paro. Entre el 2012 y 2013, coincidien­do con los años más duros de la crisis, las muertes por suicidio en España superaron a las ocasionada­s por accidentes de tráfico, y en el 2013 (último ejercicio del que tienen estadístic­as) la ratio de suicidios en España era de 8,2 fallecidos por cada 100.000 habitantes.

La amenaza de sanción arruinaba una vida profesiona­l sin tacha

Un estudio de la Universida­d de A Coruña correlacio­na más paro y suicidio

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