Alejandro Aravena
El profesional chileno, de 48 años, es el ganador más joven del galardón
PREMIO PRITZKER
Alejandro Aravena, chileno de 48 años, ganó ayer el premio Pritzker, el máximo galardón arquitectónico mundial. Es el cuarto latinoamericano en lograrlo y, también, el más joven de los premiados en sus 41 ediciones.
Alejandro Aravena, chileno de 48 años, ganó ayer el premio Pritzker, considerado el máximo galardón arquitectónico mundial. Es el cuarto latinoamericano –tras el mexicano Luis Barragán y los brasileños Oscar Niemeyer y Paulo Mendes da Rocha– en lograrlo y, también, el más joven de cuantos lo han obtenido en sus cuarenta y una ediciones. El jurado ha querido distinguir a Aravena por “encabezar a una nueva generación de arquitectos que tienen una comprensión holística del entorno construido y ha demostrado claramente su habilidad para conectar la responsabilidad social, las exigencias económicas y el diseño del hábitat humano y de la ciudad”.
Aravena, que trabaja en su propio despacho desde 1994, y también en Elemental, junto a Gonzalo Arteaga, Juan Cerda, Víctor Oddó y Diego Torre, desde 2001, ha destacado como arquitecto de viviendas sociales, habiendo construido ya alrededor de 2.500. Las de la Quinta Monroy (2004) en Iquique (Chile) le dieron notoriedad mundial. Se trataba de un centenar de viviendas edificadas con un presupuesto mínimo, que permitió al arquitecto construir tan sólo 36 metros cuadrados por piso, y le animó a dejar una parte para que los usuarios lo acabaran de edificar a su gusto. Elemental tuvo también un papel fundamental en la reconstrucción de Constitución, una de las ciudades arrasada por el terremoto y el tsunami que sufrió Chile en 2010. Este despacho se define no como un think tank sino como un do tank. Es decir, como un equipo dispuesto a actuar inmediatamente en escenarios golpeados por las catástrofes naturales.
Estas dos líneas de trabajo de Aravena, ambas de fuerte componente social, se complementan con otras en las que la ecléctica expresión arquitectónica adquiere mayor protagonismo. Es el caso de sus construcciones para el campus de la Universidad Católica de Chile, en la que se licenció en 1992. Edificios como los de la Escuela de Matemáticas (1999), la Escuela de Arquitectura (2004), las Torres Gemelas (2005), la Escuela Médica (2014) o el Centro de innovación Anacleto Angelini (2014) dan una idea de su versatilidad y de los diversos lenguajes que puede llegar a manejar, desde una revisión
Aravena es el cuarto latinoamericano que gana el premio, tras Barragán, Niemeyer y Mendes da Rocha
del modernismo con ecos italianizantes hasta la expresión icónica, pasado por un neobrutalismo.
Además de en Chile, Aravena ha construido también en México o Estados Unidos, Suiza o China (donde actualmente ultima, en Shanghai, una sede para la farmacéutica Novartis).
Pese a su juventud, Aravena era ya, antes de este galardón, un arquitecto de proyección global. Ha sido profesor en Harvard, en el Istituto Universitario di Architettura di Venezia, en la Architectural Association de Londres y en la London School of Economics. Este año dirigirá la Bienal de Arquitectura de Venecia.
El jurado del premio Pritzker –del que Aravena fue miembro desde 2009 hasta el año pasado– estuvo compuesto en su edición 2016 por Lord Palumbo, Stephen Breyer, Yung Ho Chang, Kristin Feireiss, Glenn Murcutt, Richard Rogers, Benedetta Tagliabue, Ratan N. Tata y Martha Thorne.
La ceremonia de entrega del Pritzker a Alejandro Aravena se llevará a cabo en la sede de las Naciones Unidas de Nueva York el próximo día 4 de abril.