Primera reunión del Govern.
El president invita a los consellers a “no renunciar a nada” y les insta a “hacerlo bien”
Puigdemont cruzó el Pati dels Tarongers de Palau junto a Junqueras, su vicepresidente económico. En el nuevo Ejecutivo que ayer tomó posesión destaca como novedad una Conselleria d’Exteriors.
Servicio y lealtad para cumplir el “encargo del pueblo” de Catalunya de avanzar hacia la independencia surgido del 27-S. Esta es la instrucción que el 130.º presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, trasladó ayer a los miembros del Govern después de darles posesión de sus cargos en un acto solemne en el Saló de Sant Jordi del palacio de la plaza de Sant Jaume. “Estoy seguro de que la promesa de servicio al país y a sus instituciones la guardaréis hasta el último segundo de vuestra responsabilidad, porque estoy seguro de que sois conscientes del encargo que os hace el pueblo”, subrayó el hasta el pasado lunes alcalde de Girona, que instó a los nuevos consellers a seguir la hoja de ruta que les trazó: “Os pido lealtad, os invito a hacer todo lo que sea necesario para explicar bien lo que hacemos, os invito a que no renunciéis a nada y a que seamos fieles con la idea que expresé en mi toma posesión de hacer las cosas el máximo de bien, el máximo de explicadas y el máximo de implicadas posibles”.
Los miembros del Govern tomaron posesión con una fórmula que proclamaba su fidelidad “al servicio de Catalunya” y su “lealtad al presidente de la Generalitat” y que tampoco contenía ninguna referencia ni a la Constitución ni al Rey. Uno a uno fueron desfilando delante de Carles Puigdemont, al que respondieron con un repetido “sí prometo”, acompañados por la segunda autoridad de Catalunya, la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, los consellers salientes y representantes de todas las fuerzas políticas, a excepción de la CUP, aunque con ausencias destacadas como las de Inés Arrimadas (C’s), Miquel Iceta (PSC) y Xavier García Albiol (PP). Y en un lugar preeminente, inusual en las anteriores tomas de posesión, se situó también el presidente de la Generalitat saliente, Artur Mas, que a partir de ahora tendrá su oficina de expresident en un despacho del Palau Robert, de propiedad de la propia Generalitat. El acto, de apenas quince minutos, se completó con la tradicional foto de familia del nuevo Govern en la galería gótica.
Unos breves momentos de distensión en el Pati dels Tarongers, con saludos y felicitaciones a discreción y que algunos aprovecharon para fotografiarse con sus familias –como fue el caso de Oriol Junqueras con sus hijos, por ejemplo– o con el nuevo presidente de la Generalitat –como lo hizo Jordi Jané–, precedieron a la primera reunión formal del Govern. Una primera toma de contacto, sin acuerdos políticos, pero sí organizativos –fueron nombrados los secretarios generales de todos los departamentos, es decir los números dos–, que sirvió especialmente para cerrar filas sobre la necesidad de que el gabinete sea capaz de man- tener la unidad y la cohesión interna que las decisivas circunstancias actuales requieren. El compromiso no era baladí, a la vista de la experiencia de los gobiernos de coalición habida, y de ahí quizás la insistencia de Carles Puigdemont en su apelación, cuando tomó posesión el martes y ayer, a “hacer las cosas bien”.
El nuevo Govern, sensiblemente rejuvenecido respecto al de Artur Mas y en el que sólo repiten cuatro caras (Neus Munté, Meritxell Borràs, Jordi Jané y Santi Vila), tiene siete consellers nombrados a propuesta de CDC (Neus Munté, Meritxell Borràs, Meritxell Ruiz, Jordi Jané, Josep Rull, Santi Vila y Jordi Baiget) y seis a instancia de ERC (Oriol Junqueras, Raül Romeva, Antoni Comín, Carles Mundó, Dolors Bassa y Meritxell Serret). Cohesionar las diferentes sensibilidades que en todos estos nombres se recogen –Dolors Bassa, que fue secretaria general de UGT en Girona, acudió a la toma de posesión con un broche en forma de tijeras, símbolo de la lucha contra los recortes– será el primer reto del nuevo presidente de la Generalitat, junto al despliegue, por descontado, de la hoja de ruta del proceso soberanista pactada por CDC y ERC en Junts pel Sí. Un Carles Puigdemont que está perfilando, además, el equipo de colaboradores más directos: El- sa Artadi, hasta ahora secretaria de Hisenda, será la directora de la Oficina del President y Josep Rius, coordinador del gabinete de presidencia con Artur Mas, se perfila como su jefe de gabinete.
El 130.º presidente de la Generalitat realizará la próxima semana la preceptiva comparecencia en el pleno del Parlament para explicar la estructura del Govern. Y después iniciará una ronda de contactos con todas las fuerzas políticas presentes en el Parlament, según anunció él mismo en una entrevista en TV3, con las que pretende establecer un clima de diálogo que permita llegar a futuros acuerdos, como en el caso de la aprobación de
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los presupuestos de la Generalitat del 2016 por ejemplo. Un diálogo que ofreció también a los poderes del Estado español –“los puentes de diálogo han de existir siempre, incluso en los momentos más complicados”–, acompañado de la exclusión de una declaración unilateral de independencia, porque “tenemos la legitimidad democrática para iniciar el proceso, pero aún no la fuerza para proclamar la independencia”.