Sánchez recurre a Colau para presionar a Podemos
El líder del PSOE avala que el PSC negocie un pacto con la alcaldesa
Esgrime la negociación de Barcelona para convencer a Iglesias
JUAN CARLOS MERINO FERNANDO GARCÍA Es como intentar mezclar el agua y el aceite, en una en apariencia imposible combinación de elementos que se repelen entre sí. Pero Pedro Sánchez está empeñado en jugar todas sus cartas y, pese a que la constitución de las Cortes Generales escenificó el alejamiento de Podemos –debido a la negociación por la mesa del Congreso, que dio la presidencia a los socialistas pero la mayoría al PP y Ciudadanos–, el líder del PSOE insistió ayer en apretarle las tuercas a Pablo Iglesias: “Queremos un gobierno a la portuguesa”.
También parecía imposible que el socialista António Costa acabara formando gobierno hace apenas dos meses en el país vecino, tras perder las elecciones ante el conservador Pedro Passos Coelho. Y al final lo logró, frente a todo pronóstico y los recelos de Bruselas, con un pacto en principio impensable con los comunistas y el Bloco. La carambola que busca Sánchez para llegar a la Moncloa, si Mariano Rajoy fracasa en su intento de lograr la reelección, es similar: conciliar lo, en principio, irreconciliable. Motivo por el cual son muchos en el PSOE, para empezar, los que ven descabellado mantener viva esta ilusión y sólo contemplan como alternativa la repetición de las elecciones.
“Volver a repetir las elecciones no es la solución, porque la aritmética va a ser muy similar”, justificó Sánchez, que insistió en apostar por “articular un gobierno de izquierdas”. Aunque sin dejar de contemplar en dicha alianza a C’s, es decir, la cuadratura del círculo.
Pero tras su pacto con Albert Rivera para conseguir la investidura de Patxi López como presidente del Congreso, Sánchez pretendió ayer dirigir de nuevo toda la presión sobre Iglesias. “Rechazó el acuerdo porque quería cuatro grupos parlamentarios. ¿Pero qué concepción de la democracia tiene? Dialogar no es chantajear, influir no es imponer y acordar no es bloquear. Que deje atrás las pataletas, que parece un niño pequeño que dice que si no se hace todo lo que él quiere, deja de respirar”, reprochó Sánchez al líder de la formación morada, al tiempo que registraba ya en el Congreso una batería de iniciativas parlamentarias para empezar a desmontar el legado de Rajoy porque, dijo, “el cambio no puede esperar un minuto más”. El líder del PSOE quiso evidenciar además la “contradicción” que a su juicio supone que Ada Colau tienda la mano a los socialistas en el Ayuntamiento de Barcelona –Sánchez avaló que el PSC negocie su entrada en el consistorio–, mientras Iglesias se cierra en banda.
Reclamó así al líder de Podemos que anteponga los intereses generales a los partidistas. “Estamos obligados a entendernos y tenemos que entendernos las fuerzas del cambio. Tiendo la mano a Iglesias”, insistió.
Sánchez quiere que quede claro en último extremo que la culpa de que PSOE y Podemos no logren sellar una alianza sería de Iglesias. En la misma medida en que el líder morado atribuye toda la responsabilidad de que no haya acuerdo a los pactos del PSOE con la derecha.
¿OBLIGADOS A ENTENDERSE? El líder del PSOE señala que Colau sí busca a los socialistas en Barcelona Errejón acusa al PSOE de decir “Portugal, Portugal”; y al día siguiente: “Alemania”
Íñigo Errejón ejerció de policía bueno de Podemos para subrayar, en respuesta a Sánchez, su propósito de mantener la “mano tendida” y sentarse a hablar “de todo” y sin ninguna “línea roja” con el objetivo prioritario de que el PP no siga gobernando. El número dos del partido morado atemperó así el clima creado con las arremetidas de Iglesias, horas antes, en relación con el “engaño” y la “traición” que el PSOE habría perpetrado contra sus propios electores al llegar a un acuerdo con el PP y C’s en el Parlamento: un pacto encaminado, según él, a ganar para Patxi López “el sillón” de la presidencia del Congreso “a cambio de entregar la mayoría de la mesa” a las fuerzas que los socialistas solían denominar –dijo Iglesias– “las derechas”.
Errejón no rompió con este discurso de confrontación y competencia con el líder del PSOE; no se trataba de girar 180 grados sino de
hacer un leve viraje que evitara entrar en una escalada más difícil de revertir. Así que, en alusión directa a la nueva invitación del líder socialista a un pacto “a la portuguesa”, retomó las quejas de su jefe para reprochar a Sánchez que un día diga “Portugal, Portugal, Portugal” para pactar por la izquierda y al siguiente clame “Alemania, Alemania, Alemania” para llegar a un arreglo con PP y C’s. El mensaje ambivalente y la intención de dar al PSOE una de cal y otra de arena, quedó definitivamente claro cuando Errejón subrayó la “firmeza” de Podemos en sus convicciones –que “no cambiamos de la mañana a la tarde”, dijo– , para luego destacar la posibilidad y necesidad de alcanzar acuerdos sobre asuntos sociales con los socialistas y “con cualquiera”.
Lo que el partido de Iglesias exige al de Sánchez es que demuestre la velocidad andando. “En política, hechos son amores y no buenas razones”, sentenció Errejón. Podemos se entenderá sin mayor problema con el PSOE “si vamos con los hechos políticos sobre los problemas que queremos abordar por delante”. El apoyo a la ley 25 de emergencia social que Podemos registró el miércoles en la Cámara, así como a las seguras peticiones de derogación de las reformas laborales y del 135 artículo de la Constitución sobre contención del déficit serán, según tiene dicho y repetido Podemos, las mejores y más inmediatas oportunidades de Sánchez y los suyos para demostrar si la oferta de pacto a la portuguesa va en serio.
Errejón no desaprovechó la ocasión para negar que la reacción de Iglesias al acuerdo para la mesa del Congreso fuera un “pataleo”. “No pataleamos ni nos enfadamos, sino que no estábamos de acuerdo. Y eso, en democracia, sucede”, zanjó.
El tercero en discordia, Albert Rivera, se sumó también al baile. “Una cosa es el PSOE, con el que ya hemos llegado a acuerdos, y otra cosa es gobernar con once partidos, cada uno con sus hipotecas”, advirtió el presidente de Ciudadanos por su parte, ante el anuncio de Sánchez de intentar pactar a derecha e izquierda, sin excluir acuerdos con DiL, el PNV e incluso ERC, por lo pronto, para la constitución de las mesas del Congreso y el Senado y sus respectivos grupos parlamentarios. Una “amalgama” de partidos que Sánchez intenta tener en buena disposición para su hipotética investidura, pero que resultan “incompatibles” con C’s, avisó Rivera.
“Yo no creo que el PSOE pueda obtener la abstención de estos partidos gratis, es imposible, y el resultado sería incompatible con nosotros”, insistió. Situado como pretendido fiel de la balanza, Rivera zanjó que “tenemos los puentes abiertos con el PP y con el PSOE”.