La justicia francesa investiga a Renault por sus emisiones
Las acciones de la empresa caen un 10% al divulgarse registros en sus instalaciones
El síndrome Volkswagen golpeó ayer a la firma francesa Renault al saberse que las autoridades del país habían registrado la compañía por “exceso de emisiones”.
Las sospechas de fraude a la alemana –el síndrome Volkswagen– jugaron ayer una mala pasada a Renault, segundo fabricante de automóviles de Francia y cuarto grupo mundial en su alianza con Nissan: fuerte caída en bolsa, estabilizada al 10% al fin de la jornada, mientras la empresa proclamaba su inocencia y el Gobierno confirmaba que no se ha detectado en sus automóviles rastros de software fraudulentos para disimular emisiones como fue el caso del gigante alemán.
El desencadenante de la tormenta fue un inocente pasquín del sindicato CGT sobre contratos laborales en el que se hacía una referencia a los registros efectuados el jueves de la semana pasada por la Dirección general de la competencia, consumo y represión del fraude (DGCCRF) del Ministerio de Economía en tres sedes de la compañía: su sede central de Boulogne-Billancourt, el centro técnico de Lardy y el Technocentre de Guyancourt, principal centro de investigación de la empresa, todas ellas en la periferia parisina.
En el curso de los registros se incautaron los ordenadores personales de varios directivos y responsables de los ámbitos de las pruebas y la homologación, señalaba el comunicado sindical que fue plenamente confirmado más tarde.
En el contexto de la desconfianza irradiada por las revelaciones del escándalo Volkswagen, la bolsa reaccionó inmediatamente a la noticia provocando una caída de hasta el 20% de las acciones de la compañía, más tarde mitigada, y salpicando a otras empresas del sector francesas y extranjeras como PSA-Peugeot-Citroën, los fabricantes de componentes Faurecia y Valeo, y los fabricantes alemanes; BMW, Daimler y Volkswagen.
Los registros en Renault forman parte de la investigación lanzada por la ministra de Ecología, Ségolène Royal, para comprobar si hubo fraude en el mercado francés en materia de niveles de emisiones. En el marco de la investigación los coches de Renault han sido probados en los laboratorios de la UtacCeram, el organismo técnico francés encargado de la homologación. Según Renault los cuatro coches de su producción examinados hasta el momento no han presentado objeción alguna.
La ministra de medio ambiente confirmó a medio día que en el curso de los registros se habían despejado las sospechas que pesaban sobre Renault: “No hay software trucado en PSA, Renault, Mercedes, Ford, Opel, Toyota y BMW” declaró. “El caso Renault no tiene nada que ver con el caso Volkswagen”, dijo desde Berlín el ministro francés de Economía, Emmanuel Macron. Sin embargo, las inspecciones realizadas han revelado que tanto el fabricante francés como ”otras marcas extranjeras” no especificadas “superan las normas de emisión” de CO2 y óxido de nitrógeno, dijo Royal. Hace un mes una organización no gubernamental alemana acusó al modelo “Espace” de Renault de superar hasta 25 veces el techo de emisión Euro-6 de monóxido y dióxido de nitrógeno.
Renault emplea a 117.000 trabajadores en el mundo, vendió 2,7 millones de coches en 2014 y obtuvo beneficios de casi 1900 millones. El Estado francés posee el 19% de la empresa y el grupo japonés Nissan un 43% desde 1999.
Los sindicatos UGT y CC.OO. en Renault España han pedido “tranquilidad” y han llamado a la “cautela” ante la investigación de las autoridades francesas sobre presuntas irregularidades en las emisiones a la empresa del rombo, a la que CGT ha pedido más explicaciones a la plantilla y pide esperar a más información para analizar lo que ocurre.
La acción llegó a caer un 20% durante la mañana, pero al final la pérdida quedó en un 10%