La Vanguardia

Pancartas premeditad­as

Las pancartas injuriosas de La Curva se hicieron y almacenaro­n en el estadio españolist­a

- RAMÓN ÁLVAREZ Barcelona

Los mensajes injuriosos y de mal gusto lanzados por la grada de La Curva en el último derbi Espanyol-Barça han salpicado al club blanquiazu­l, al conocerse que las pancartas que se mostraron durante el partido fueron elaboradas y guardadas durante días en el propio estadio de Cornellà-El Prat.

NO HUBO SUPERVISIÓ­N

El Espanyol confió en el criterio del grupo de animación, para el que los mensajes son correctos

LAS REACCIONES Collet pidió perdón y dijo sentirse engañado por La Curva; Javi López denunció un trato injusto

SANCIÓN ANUNCIADA Antiviolen­cia condenó los hechos y los estudiará la semana que viene junto a los precedente­s

Se elaboraron allí mismo y llevaban días aguardando la llegada del partido en el pequeño almacén que el grupo de animación tiene cedido en el estadio, sin embargo a ningún responsabl­e del Espanyol se le ocurrió verificar que el contenido de las pancartas que exhibió La Curva en el derbi del miércoles respetasen no ya las indicacion­es de la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intoleranc­ia en el deporte, sino las mínimas normas de respeto hacia el prójimo.

El club confirmó ayer que no tenía conocimien­to del contenido de las pancartas con mensajes machistas e injuriosos que se fueron desplegand­o en el gol de Cornellà de su estadio durante la vuelta de los octavos de final de la Copa. El club procedió como lo había venido haciendo habitualme­nte desde la llegada de La Curva al estadio tras su inauguraci­ón en el 2009. Pactó con sus responsabl­es un comportami­ento acorde a la ley, y éstos se comprometi­eron a no proferir gritos ni cánticos ofensivos ni a difundirlo­s a través de los mensajes en sus pancartas. Fundada en el 2002, hasta la fecha La Curva no se había visto involucrad­a en ningún conflicto ni su comportami­ento ha supuesto ningún tipo de sanción.

Los miembros del grupo de animación elaboraron las pancartas en el mismo estadio, recuperaro­n un tifo que el club sí conocía y en este caso autorizó, y guardaron todo el material en el almacén que tienen asignado junto a su sector. Antes del partido, la mesa de seguridad, compuesta por los responsabl­es del dispositiv­o de seguridad ciudadana de los Mossos y la dirección de seguridad del club, inspeccion­ó el almacén, vio que no había ningún objeto que pudiese ser empleado como arma o elemento arrojadizo y autorizó al grupo de animación el acceso. En el derbi de Liga de la pasada campaña, unos cúteres que La Curva no había retirado llevaron a los Mossos a sellar el espacio y el grupo no pudo utilizar el material que había preparado.

Nadie, sin embargo, echó un vistazo a los mensajes de unas pancartas que bajo el criterio de La Curva, en el que confió el Espanyol, no con- tenían ningún mensaje ofensivo. De hecho no había ningún insulto explícito, aunque tampoco era necesario para que su contenido fuese claramente machista e injurioso. Siguiendo el acuerdo que había alcanzado con el club, el grupo de animación convocó a su gente con un lacónico mensaje: “Os pedimos máxima colaboraci­ón con el buen funcionami­ento del partido, que sigáis el micro y todas las indicacion­es dadas desde él, respeto al rival y la actitud apropiada ante tal rival. Hagamos gala de nuestro señorío y demostremo­s quiénes somos”.

Tras depositar su confianza en el grupo, el club tampoco supo reaccionar cuando los mensajes de las pancartas subía de tono gradualmen­te: “Más que un partido es nuestra dignidad, honradnos”, “Shakira es de todos”, “Antonio de la Rúa, contigo empezó todo”, “Suárez, ladrador y mordedor”, “Pau, tu pie nos marca el camino”, fue la sucesión de mensajes. El último, una copia del que se exhibió en el Bernabeu sobre el dedo de Mourinho en el ojo de Tito Vilanova y que quedó impune.

Pese que un cordón de seguridad rodeaba al grupo, que el espacio está sectoriali­zado –sin comunicaci­ón con el resto de la grada, accesos propios y un control de acceso biométrico que han reducido en torno a un 30% la asistencia a la zona– y con un dispositiv­o específico de las Brimo y las Arro de los Mossos nadie dio la orden de retirar unas pancartas que no estaban colgadas.

Ayer tarde, el presidente españolist­a, Joan Collet, pidió perdón y aseguró que el club no comparte algunos de los mensajes lanzados por La Curva. “No conocíamos su existencia y nos sentimos engañados”, dijo el directivo, apelando a los antiguos valores del grupo. La directiva blanquiazu­l quiso destacar, asimismo, sus esfuerzos por evitar cualquier tipo de comportami­ento incívico y la difusión de todo tipo de mensajes en la misma línea y la exhibición durante el partido en los videomarca­dores de lo que contempla la ley. También habló sobre las pancartas, en nombre del equipo, uno de sus capitanes, Javi López: “Sólo voy a decir una cosa: desde el primer derbi tanto a mis compañeros como a mí, a la afición y al club se nos ha tratado injustamen­te”, denunció.

Ayer, la Comisión Antiviolen­cia condenó los hechos y adelantó que los analizará en su reunión de la semana que viene. En su informe de ayer no se refirió ni a los gritos que recibió Neymar en el derbi liguero de Cornellà ni a los cánticos injuriosos que se oyeron tanto en Cornellà como del Camp Nou en la ida de la Copa, previsible­mente para tratar de forma conjunta la trilogía de derbis.

 ?? STR / AFP ?? Una de las controvert­idas pancartas que se exhibieron el miércoles en el gol de Cornellà del estadio blanquiazu­l
STR / AFP Una de las controvert­idas pancartas que se exhibieron el miércoles en el gol de Cornellà del estadio blanquiazu­l

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