El gordo de gordos
EE.UU. revive la fiebre del oro con un sorteo que, tras dos meses, reparte 1.600 millones de dólares entre tres agraciados
Los tres ganadores de la lotería estadounidense Powerball se repartirán 1.600 millones de dólares, la mayor cantidad jamás otorgada en un solo premio de lotería, una cifra que había provocado una auténtica locura por adquirir números.
Una preocupación menos. En el fondo, los ciudadanos de Estados Unidos se han quitado un peso de encima, una losa de nada menos 1.600 millones de dólares (1.475 millones de euros).
A la tentativa número 20, el servicio de loterías otorgó entre tres ganadores el mayor bote acumulado en este país. Se aseguró, además, que este se ha convertido en el premio más gordo repartido en un sorteo a nivel mundial.
La tentación de ese histórico bote, acumulado a partir del 7 de noviembre, resultaba demasiado. La gran fascinación por ser mil millonario. Incluso la recurrente charla sobre Donald Trump –¿puede ser presidente?, se preguntan muchos, asombrados– ha cedido terreno ante esta Primitiva en versión barras y estrellas.
Por ejemplo, en el escenario de Nueva York. Residentes de largo y corto recorrido, que jamás habían jugado al Powerball –aquí se llama así–, da igual que fueran pobres, ricos o de la clase media en vías de extinción, todos se han visto casi obligados a rellenar los boletos. A participar en el mayor sueño colectivo y monetario que jamás había existido en el territorio del famoso sueño americano.
El catalán Robert, con un par de años de convivencia en la Gran Manzana, se sentía “obligado” a participar. Le cogió tan despistado este fervor que ni siquiera sabía a qué lugar debía acudir. En su grupo de whatsap buscó el asesoramiento de sus amigos.
–¿Sabéis dónde se puede rellenar la Powerball?
–Yo la compró en la bodega que hay en la esquina de mi casa.
La respuesta de ese colega gallego, pero con pasaporte de EE.UU., le dejó descolocado. –¿En las tiendas de vinos? –No, son esas pequeñas tiendas de ultramarinos que por influencia de los latinos se denominan bodega hasta en inglés.
Los números de la suerte –08,27,34,04 y 19, con el complementario del 10– que salieron la noche de este miércoles acabaron con la pesadilla. La suma había ido trepando desde los 40 millones sin dueño del penúltimo mes del pasado 2015.
Con unas posibilidades de una entre 292 millones –a un coste de mínimo de dos dólares por cada ticket con las seis cifras– , al poco trascendió que había obrado el milagro. Había un ganador en Chino Hills, en California.
Fue expedido en una franquicia del 7-Eleven. “Espero una llamada, tal vez un pequeño regalo”, confesó Balbir Atwal, dueño del negocio frente a la cámaras, en un clima de euforia.
¿Otro miembro para la lista de mil millonarios? Pues no. No había un ganador, sino tres.
Los otros dos salieron ayer en Melbourne Beach, en Florida, vendido en el supermercado Publix, en una zona de alta afluencia turística, y el tercero en Munford, Tennessee, sin que se precisara cuál de los tres establecimientos de la localidad habían realizado la operación multimillonaria.
Los agraciados seguían en el anonimato. Disponen de 90 días para pedir lo suyo. Según la estimación final de las ventas, se distribuirán 1.568 millones. Lo pueden hacer aceptando unos 533 millones en 30 anualidades o bien repartiéndose en efectivo 983.5 millones de una tacada.
Ninguno de los tres deberá pagar impuestos en los estados. Pero no se librarán del 39,6% de las tasas federales.
Una demostración de esta moderna fiebre del oro lo muestra el crecimiento del bote. En sólo dos semanas, situado entonces en 400 millones, se ha multiplicado por cuatro. Las apuestas equivalen a una ventas de 2.600 millones desde el 7 de noviembre.
El sorteo deja, además, otros ocho boletos agraciados con dos millones del Power Play y 73 de un millón. En todos estos casos acertaron los cinco dígitos (la diferencia es que en ocho casos pagaron un dólar más para doblar) pero fallaron en el Powerball, en el 10. La cadena ESPN ilustró los números de la fórmula millonaria con camisetas de estrellas del deporte. El diez correspondió a Messi.
Hay otra imagen que deja esta peripecia. En seis estados no se vende esta lotería (Alabama, Alaska, Hawái, Misisipi, Nevada y Utah). Estos días, en los medios aparecían imágenes e historias de vecinos de Alabama que viajaban desde sus domicilios –en Decatur o Pinson– y se iban a hacer cola al estado vecino de Georgia, a Tallapoosa.
En sus indagaciones, Robert al final no rellenó ningún ticket. No jugó. “Una amiga de mi esposa me dijo: ahórrate tu par de dólares”. También ganó.
Ha sido el mayor sueño colectivo y monetario jamás experimentado en Estados Unidos El bote empezó en noviembre con 40 millones y se ha ido acumulando hasta la locura