Margallo esboza reformas que Rajoy podría ofrecer para formar gobierno
El titular de Exteriores pone la reforma constitucional como eje de un pacto
José Manuel García-Margallo siempre advierte , cuando habla, nada de lo que dice “es inocente”. Por eso, su análisis ayer de la situación sobrevenida tras las elecciones y sus propuestas reformistas adquirieron mayor importancia. El punto de partida de su relato fue que “España necesita un Gobierno” y “España no puede permitirse un periodo de indefinición política que dé al traste con los avances que con tantos sacrificios hemos logrado”.
Y a partir de ahí, el ministro de Exteriores en funciones, cuya lealtad a Mariano Rajoy está fuera de toda duda, hizo público todo un catálogo de propuestas de reformas que cree que el PP y su presidente podrían ofrecer a las fuerzas políticas con las que aspira a llegar a acuerdos para gobernar. Una negociación que considera “urgente” y para la que pide “generosidad, amplitud de miras y la vista puesta en el interés general de España, no en el de los partidos”.
El titular de Exteriores aprovechó la presentación del libro Historia de la Política Exterior Española en los siglos XX y XXI, de José María Beneyto y Juan Carlos Pereira, para hacer una contribución que consideró “coherente con la doctrina del PP” y tratando “de interpretar bien” lo que Rajoy ha apuntando a su entorno de confianza.
Coincide con Rajoy en las líneas rojas: “Uno puede intentar asaltar los cielos pero debe estar seguro de que las alas no son de cera”, dijo en clara referencia a Podemos. El ministro ve necesaria una coalición, pero no cualquiera. Un aviso que sonó a advertencia al PSOE ante un posible acuerdo con independentistas: “una coalición que apueste por la fragmentación está en contra del sentido de los tiempos”. Pero también por un posible acuerdo con Podemos: “experimentos que vayan contra las reglas no escritas que requieren la globalización, nos llevaría al suicidio nacional”.
Para Margallo, que rechazó un veto a cualquier líder y más en concreto a Rajoy, una reforma Constitucional no sólo posible, sino deseable, siempre que se cumplan unas condiciones: la unidad de España, la defensa de la soberanía nacional, y la igualdad de los españoles; donde “los federalismos asimétricos o que consagren privilegios de unas comunidades no son posibles”.
Sí hay que reformar la Constitución para corregir defectos como el de la sucesión de la Corona y la prevalencia del varón; la delimitación de competencias, la falta de precisión de los principios básicos de la financiación autonómica, que deberían ser establecidos en la Constitución, como los “derechos modernos”, la falta de coordinación horizontal entre administraciones y la pertenencia de España a la UE.
La reforma debe hacerse de acuerdo a la legalidad vigente y por consenso, que sin decirlo para Margallo debe sumar, al menos, a PP, PSOE, Ciudadanos y sería conveniente que al PNV. Debe delimitarse el objeto de la reforma –calculó 41 artículos– y blindar lo que no se va a tocar; y evitar que pueda ser interpretada “como una cesión a la presión separatista” de Catalunya, aunque debe resolver la llamada cuestión catalana.
Esa reforma la de la Constitución, no sería la única. Margallo contempla lo que llamó una ley de “compensación social” que lleve los beneficios de la recuperación a la parte de la sociedad más vulnerable y que más ha sufrido la crisis. También reformas para la competitividad, un pacto por la educación, la reforma de la administración, la reforma fiscal y la lucha contra la corrupción, con una comisión independiente que fije medidas a aplicar. Margallo sostiene que todo lo planteado se lo ha oído a Rajoy, aunque no se haya dirigido a los partidos con los que quiere pactar para poner negro sobre blanco una oferta de este tipo.
El ministro cifra en 41 artículos el alcance de la reforma de la Carta Magna que podría abordarse