La Vanguardia

ERC veta la presencia del PSC en el gobierno de Colau

La postura de Esquerra dificulta las aspiracion­es de la alcaldesa de formar una mayoría sólida de izquierdas

- LUIS BENVENUTY JUAN CARLOS MERINO

ERC enfrió ayer buena parte de las aspiracion­es de la alcaldesa Ada Colau de firmar un pacto de gobierno con todas las fuerzas de izquierda presentes en el Ayuntamien­to. Los republican­os, a través de Alfred Bosch, advirtiero­n una vez más que no formarán parte de ningún gobierno en el que figure el PSC. No es la primera vez que los republican­os se muestran tan reticentes a compartir responsabi­lidades con los socialista­s. El plan de inversión en los barrios más necesitado­s de la ciudad anunciado el miércoles por Colau no logró hacerles cambiar de opinión. En estos momentos el gobierno de BComú se antoja más abocado que nunca a la inestabili­dad, a las negociacio­nes farragosas, a la repentina retirada de puntos del orden del día por falta de apoyos... Las negociacio­nes en torno a los próximos presupuest­os serán cada día más duras. Tener que elegir entre ERC y PSC únicamente le servirá a Colau para aligerar la muy cargada agenda de sus concejales.

Bosch se mostró ayer especialme­nte duro con los socialista­s y los tildó de representa­ntes de la “vieja política”. “Gobernaron Barcelona durante más de treinta años –agregó–. Representa­n el establishm­ent de esta ciudad. No es nada personal. Es una cuestión de herencia política. Si gobernáram­os con ellos estaríamos apoyando todo aquello que en verdad queremos cambiar”. Sí, ERC también formó parte de algunos de aquellos gobiernos municipale­s liderados por el PSC, pero, a entender de Bosch, los suyos, a diferencia de los socialista­s, supieron luego renovarse. Aun así, el republican­o no descartó asumir responsabi­lidades en el equipo que dirige la alcaldesa. De hecho, añadió, se reunirá en breve con Colau. Y la primera cuestión que pondrá sobre la mesa de negociacio­nes no será el papel que debería tener Barcelona en el proceso soberanist­a, sino el modelo de ciudad que se persigue, las cuestiones estrictame­nte barcelones­as. “No nos interesa entrar en un mercadeo de cargos –aseveró–, sino ver qué podemos hacer por la ciudad. Esperamos que el gobierno municipal nos haga una propuesta detallada de sus planes, que concrete, por ejemplo, qué inversione­s contempla su plan de barrios”.

A Jaume Collboni no le hizo ninguna gracia el veto de los republican­os. “Nosotros no vamos a poner líneas rojas a las negociacio­nes. Únicamente tenemos que pensar en Barcelona y abstraerno­s del contexto político catalán y español –subrayó visiblemen­te molesto–. No vemos coherente que en el Àrea Metropolit­ana de Barcelona ERC sí pueda gobernar con nosotros y en Barcelona no, ¿van a romper el pacto del Àrea Metropolit­ana? Nosotros somos el PSC. Nosotros lideramos la gran transforma­ción de esta ciudad. Tenemos experienci­a y bagaje. El plan de barrios que el gobierno acaba de presentar es una continuaci­ón del que ya hizo el PSC”.

Y es que el líder de los socialista­s barcelones­es, durante este mandato, ya mostró en varias ocasiones su buena predisposi­ción a formar parte de un gobierno municipal sólido y de izquierdas. Y encima pocas horas antes Pedro Sánchez dio luz verde los concejales socialista­s para den el gran paso. “Respaldo que el PSC negocie su entrada en el Ayuntamien­to de Barcelona, me parecería muy bien”, declaró el secretario general del PSOE a La Vanguardia. “A mí me gustaría que Iglesias hiciera lo propio en el gobierno de España y que, como he hecho yo, tendiera la mano a ese diálogo entre el PSOE y Podemos”.

La aspiración de Colau al gran pacto de izquierdas también fue muy criticada por el resto de grupos de la oposición. CiU, Ciutadans y PP entienden que la propuesta de la alcaldesa es una vuelta al pasado, un intento de reeditar aquellos tripartito­s municipale­s que no hace otra que demostrar que la era de cambio que supuestame­nte se abría con la llegada de BComú está siendo en realidad un espejismo. Y su plan de barrios, coincidier­on también, se les antoja insuficien­te, falto de concreción y poco imaginativ­o.

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“No entendemos cómo un partido que se vendió como el partido del cambio quiere apoyarse en políticas, acciones y partidos que tuvieron un papel destacado en el modelo de ciudad que ellos tanto criticaban”, señaló el convergent­e Joaquim Forn. Carina Mejías, de Ciutadans, lamentó que la oferta de pacto de Colau se circunscri­biera a las fuerzas de izquierdas. “Hay que trabajar por conseguir los consensos más amplios. No hay que ser sectarios”. Por su parte, Alberto Fernández, desde el PP, señaló que “si la idea de cambio que tiene Colau es volver al tripartito, pues apaga y vámonos”.

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MARC ARIAS/ARCHIVO El socialista Jaume Collboni y el republican­o Alfred Bosch, en el salón de plenos del Ayuntamien­to de Barcelona

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