Críticos con el cómo y el quién
tener para la ciudad. Maria Mercè Roca, la portavoz de ERC-MES, aseguró que las cosas “no se han hecho bien” y que actuaciones como esta contribuyen a incrementar la distancia kilométrica que existe entre la política y los ciudadanos. “Estamos a punto de construir una nueva República que debería hacer las cosas de forma distinta y deberíamos haber empezado por aquí”, afirmó la portavoz republicana.
Por su parte, la portavoz de la CUP, Laia Pèlach, manifestó que CDC ha puesto por delante los intereses de partido a los de ciudad y que el gobierno resultante de este proceso “es débil y sin cohesión”. Para que Ballesta haya sido investido alcalde han sido necesarias muchas renuncias. Los ocho miembros de la lista de CiU que le precedían y que no habían resultado elegidos para entrar en el consistorio el pasado mes de mayo tuvieron que firmar su renuncia a ser concejales y los miembros del equipo de gobierno tuvieron que renunciar a pugnar por la alcaldía para dejarle libre el camino. Entre ellos, algunos nombres que sonaban como futuribles alcaldables, como el portavoz del grupo, Carles Ribas, la concejal de Urbanismo, Marta Madrenas, o la número 2 en la lista de CiU en las pasadas elecciones, Isabel Muradàs (Demòcrates), que ha ocupado el cargo de alcaldesa en funciones desde la marcha de Puigdemont y que fue la única que públicamente mostró su predisposición a tomar las riendas de la alcaldía. “El equipo se ha visto menospreciado y cuestionado”, aseguró Pèlach, que pidió “liderazgo y un gobierno cohesionado”.
La portavoz del PSC, Sílvia Paneque, manifestó que la elección de Ballesta es “poco legítima” y un “fraude democrático” y se mostró preocupada por la temporalidad en el cargo. “Nos preocupa que –desde CDC– se le vea como un alcalde temporal”, dijo, e insistió en la idea de que Girona necesita un “gobierno sólido”.En esa misma idea abundó la portavoz del PP, Concepció Veray, que pide un gobierno “fuerte, reforzado y con proyección de futuro”, algo que, a su juicio, no reúne Ballesta, a quien ve como un alcalde “tocado y con fecha de caducidad”. La portavoz de Ciutadans, Míriam Pujola, calificó de “engaño” la elección de Ballesta” y se mostró preocupada por la “fractura interna” que la decisión puede haber ocasionado en las filas convergentes. “Juego de Tronos vino a Girona para quedarse”, dijo.
Tanto Veray como Pujola criticaron la fórmula elegida por Ballesta en la toma de posesión del cargo, ya que solamente utilizó la propuesta por la Associació de Municipis per la Independència, que alinea el mundo municipal con el proceso soberanista. Veray aseguró que “no es legal” y que lo pondrá en conocimiento de la subdelegación del Gobierno.
Una de las prioridades del nuevo alcalde será el fomento del empleo