Paralelismos
El acuerdo para el referéndum de Escocia fue aprobado el 15 de octubre del 2012. Las encuestas daban en aquel momento un escaso 30% para el sí, frente al 53% para el no. Con estos datos tan desfavorables, Cameron quiso seguramente enterrar definitivamente este tema dando su aprobación. Sin embargo, contra todas las previsiones, y en vísperas del mismo, en septiembre del 2014, el sondeo oscilaba alrededor de un 48% para el sí, y un 52% el no.
Fueron momentos tremendamente difíciles para el primer ministro británico, intentando a la desesperada poner palos en las ruedas a última hora, intensificando para ello los mensajes del perjuicio que supondría una victoria del sí.
Actualmente, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, del Partido Nacional Escocés (SNP), no renuncia a su reivindicación en un futuro (a pesar de la rotunda negativa de Cameron a reeditarlo), siempre que el electorado vote mayoritariamente a su partido.
Después de la arriesgada experiencia británica con el referéndum escocés, y los resultados casi paralelos del sí y el no en Catalunya, según el plebiscito y otras encuestas, es impensable que ningún partido político con intereses en el ámbito español apruebe nunca su ejecución, si no es como un mero sondeo no vinculante, y teniendo en cuenta la arriesgada experiencia británica.
Aunque alternados con mensajes contradictorios, ya empiezan a aparecer aquí los primeros síntomas dubitativos de quienes más han amenazado con la declaración unilateral de independencia, lo cual supone algo muy positivo para este país: la recuperación del seny. JULIÁN MURLANCH Barcelona