El evangelio como espejo
Magalhães publica ‘Mirall de vida. Una lectura quotidiana de l’Evangeli’
Casi es una confesión en voz baja. El escritor portugués Gabriel Magalhães explica que no fue hasta que cumplió los 24 años que se acercó a los evangelios. Fue una lectura sin más curiosidad que la intelectual, pero entonces “mi vida se transformó completamente”. Años de ir profundizando en los textos lo llevaron a escribir Mirall de vida. Una lectura quotidiana de l’Evangeli. Publicado primero en Portugal, después traducido al italiano y, ahora, al catalán.
Magalhães es contundente. Dice que encontró un “espejo mágico” donde “las cosas que leía pasaban en la realidad”. Unos textos que sólo se entienden por la presencia de Jesús: “Jamás alguien ha hablado así”. Pero cuando, con su voz pesada, comenta las expresiones del libro, el profesor portugués remarca que el descubrimiento “no son fuegos artificiales” y que lo que “narro en el libro le ha pasado a mucha gente; significa transformarnos y salir del gris contemporáneo”.
Afirma que “lo que pasa de excepcional en nuestra fe, si es verdadero, siempre tiene que tener una apariencia banal” y que “cuando empieza a convertirse en algo espectacular, es mala señal”. Como ejemplo pone el episodio de las bodas de Caná: “La mayoría de los presentes no se da cuenta de que el agua se convierte en vino”, a pesar de presenciar un milagro.
Todo el libro es un relato en esta línea. Magalhães se centra en el comentario de algunos capítulos del Evangelio y los explica a partir de su experiencia cotidiana. Quiere relatar qué pueden estar diciendo en la vida de cada uno desde su experiencia de “católico de a pie”. Una escritura que se beneficia de su conocimiento de la literatura hispánica y de su experiencia docente en la Universidad de Salamanca y en la de Beira Interior. El libro está escrito con el mismo estilo rico y comprensible que sus artículos en La Vanguardia.
El diálogo que establece con el Evangelio también lo lleva a presentar su visión del cristianismo: “Un cristiano de verdad, un cristiano que lo es a fondo, se convierte en una persona inquietante. Y si no es así es simplemente porque muchos de nosotros vamos viviendo nuestro cristianismo a medio gas”. Pero comentando el libro vuelve a insistir en que eso no significa “convertir el cristianismo en un espectáculo: esta dimensión inquietante del cristiano se tiene que llevar con la mayor naturalidad”. Como ejemplo, recuerda que de Jesús ni tan sólo quedó un retrato o una estatua.
Para Magalhães se trata sencillamente de “vivir profundamente”. Por eso, “el catolicismo más peligroso es aquel que en la vida del creyente tiene una consecuencia nula, cuando es como una corbata que nos ponemos un día de fiesta”. Se trata de un trayecto “con algo quijotesco, pero profundamente real”.
Mirar el mundo desde el Evangelio también supone un encuentro con la eternidad. “El tiempo dura lo que queremos que dure” porque “cuando estamos con alguien que amamos, el tiempo se alarga, desaparece”. O como le pasa a la mujer cananea que se encuentra con Jesús. Ella busca un mago o un prestidigitador, pero “al reconocer que no hace algo bien, ella cambia, y en un segundo vive una experiencia radical”.
Magalhães no olvida la dimensión colectiva del cristianismo: “Sólo en la relación con los otros encuentra sentido”. Ejemplos los hay a diario. “Si ignoramos la guerra de Siria, finalmente el problema llega a nosotros con los refugiados”. Un hecho que no se contradice “con que yo tenga mi espacio individual de decisión: en el cristianismo la libertad personal también es sagrada”. En la presentación, Josep Maria Carbonell dijo que esta doble dimensión convierte el cristianismo “en un relato alternativo al pensamiento hegemónico occidental”. Y Magalhães concluye que “la única revolución que tenemos a nuestra disposición es la de la fe”.
Mirall de vida (Editorial Cruïlla) se presenta mañana en el auditorio de la Fundación Joan Maragall de Barcelona, con la presencia del obispo Sebastià Taltavull y del autor.
GABRIEL MAGALHÃES “El catolicismo más peligroso es aquel que no tiene consecuencias en la vida del creyente”
JOSEP M. CARBONELL “El cristianismo es la alternativa al pensamiento occidental”