Donald Trump
CANDIDATO A LA CASA BLANCA
Trump es un exceso al frente de los sondeos. Es el favorito en el Partido Republicano para ganar el caucus de Iowa. Está tan seguro de sí mismo que asegura que ni disparando en la Quinta Avenida perdería votos.
Después del apoyo recibido por la exgobernadora de Alaska, Sarah Palin, Donald Trump ha logrado dar la vuelta a las encuestas en Iowa y ha vuelto a superar a su rival más directo, el senador por Texas Ted Cruz. Iowa celebra caucus el lunes que viene y era hasta ahora el único estado en el que los sondeos no señalaban al magnate inmobiliario de Nueva York como favorito para la nominación republicana. Y en un arranque de euforia, Trump declaró en Sioux City: “Tengo a la gente más leal, ¿alguna vez habéis visto algo así? Podría pararme en mitad de la Quinta Avenida y disparar a gente y no perdería votantes”.
El magnate debió de darse cuenta de que con esa petulante frase estaba tratado de idiotas a sus seguidores, porque cuando la CNN le pidió que desarrollara la idea expresada se negó en redondo a comentarla.
A una semana del inicio del proceso de primarias para elegir a los nominados republicanos y demócratas, la batalla se ha puesto apasionante en ambos partidos. El Partido Republicano está viviendo una guerra civil sin precedentes. El establishment conservador se ha rebelado contra Trump, pero también con tanta o mayor inquina contra el segundo clasificado en los sondeos, el ultraconservador Ted Cruz, sin duda el senador más odiado por el aparato del Grand Old Party (GOP). El National Review, publicación conservadora de referencia, dedica su último número a combatir la candidatura del magnate inmobiliario. La portada lleva por título “Contra Trump” y en ella veintidós figuras de la derecha estadounidense exponen sus ar- gumentos para rechazar la nominación de Donald Trump, a quien, de hecho, consideran un intruso. No le costó al magnate replicar con su mala baba habitual. “Han hecho eso porque la revista necesita publicidad, la lee muy poca gente y ha perdido su influencia”. Luego Trump se declaró tan conservador como, a su juicio, lo fue Ronald Reagan, que, según dijo, “en sus inicios no era más que un demócrata liberal y fue evolucionando al conservadurismo”.
Ted Cruz está recibiendo también ataques desde el interior de su partido. El más significativo, el de Bob Dole, veterano exsenador y excandidato a la presidencia, que advirtió a las bases republicanas de que Cruz “no es un conservador, es un extremista”, y aseguró que su nominación se-
Guerra civil en el Partido Republicano con movilización del ‘establishment’ contra Trump y Cruz
ría “mucho peor aún” que la de Donald Trump. El senador Lindsey Graham, el comentarista David Brooks y otros referentes de la derecha estadounidense también han advertido de los riesgos de elegir a un tipo como Cruz.
En el Partido Demócrata la batalla también se anima. Bernie Sanders supera ya a Hillary Clinton en los sondeos previos a las dos primeras confrontaciones, Iowa y Nuevo Hampshire. Ayer el diario de referencia de Iowa, The Des Moines Register, se pronunció a favor de Marco Rubio y Hillary Clinton como nominados republicano y demócrata.