La raqueta fervorosa
Carla Suárez remonta un 0-6 y se enfrentará a Radwanska en los cuartos de final
Carla Suárez certifica con constancia y entrega su pase a cuartos de final del Open de Australia después de llegar a estar con un parcial de 0-7 en contra ante la rusoaustraliana Daria Gavrilova, que jugaba con el factor pista a favor.
“Sólo hay que creer. Luchar cada bola como si fuera la última. Luchar cada punto hasta el final”. Tocándose el corazón. Con una enorme sonrisa. Sin gritos ni saltos. Ni siquiera un “¡vamos!”. Sin aspavientos. Así es como Carla Suárez celebró su pase a cuartos de final del Open de Australia. Con una frase que bien podría patentar o tatuarse a fuego tras un partido en el que lo más lógico hubiera sido sucumbir. Y es que la grancanaria llegó a estar con un parcial de 0-7 en contra ante la rusa-australiana Daria Gavrilova y no perdió la fe; su rival tenía a toda una pista central como la Rod Laver empujándole, dándole ánimos en cada desliz; un mal gesto en la rodilla le obligó a pedir a la fisioterapeuta del torneo y jugar con dolor. Y aun así, Suárez resistió. Contra todo y todos. Tranquila, pausada, consciente de que su tenis es el de los que confían. Ni un a priori humillante rosco le detuvo. Tras dos horas y tres minutos de un ejercicio de paciencia y tesón, la número once del mundo dio la vuelta al marcador (0-6, 6-3 y 6-2) y certificó su presencia en la segunda semana del torneo.
Estos serán los segundos cuartos de final en Australia para la pupila de Xavi Budó y Marc Casabó, que en el 2009 ya alcanzó la ronda de las ocho mejores después de eliminar en segunda ronda nada menos que a Venus Williams. Esta victoria ante Gavrilova cobra aún más importancia si cabe tras caer en la primera ronda en Melbourne Park hace tan sólo un año. De una decepción profunda a un momento de orgullo. “Me gustaría dar un paso más. No quedarme en cuartos. Ya que estoy aquí, quiero intentar seguir aprovechándolo”, contaba Suárez tras el encuentro. He aquí el mayor de los cambios. La jugadora de 27 años verbaliza con valentía que no se conforma.
De sus experiencias en cuartos de un gran torneo, hay un matiz que destaca como moraleja después de años en un circuito parejo dado a las sorpresas. “No esperar a que las cosas pasen, sino ir a por ellas. Ser agresiva e intensa”, apunta. Saberlo ha implicado acariciar las semifinales con la punta de los dedos y ver cómo se desvanecían sin poder evitarlo.
Un partido, los cuartos de final de Roland Garros 2014, donde perdió ante Eugenie Bouchard tras ir break arriba en el set definitivo, “es un claro ejemplo de que hay que ir a por el partido”, reconoce. “En ese momento tuve miedo y esperé a que las cosas pasaran, a que ella fallara. Ahora tengo claro que tengo que ir a por todas”.
“Está a tope, ¿eh, Carlita?”, halagó Roberto Bautista Agut a su amiga después de compartir un entrenamiento hace un par de días. Amigos desde la infancia, el de Castellón y la grancanaria soñaron con avanzar a cuartos, y el campeón de Auckland se quedó a las puertas. En un partido en el que fue muy superior en las primeras mangas, Bautista cayó de pie ante un Tomas Berdych que sudó la gota gorda para pasar a cuartos.
Cinco sets de un tenis de infarto no fueron suficientes para Bautista, quien sin embargo está cada vez más cerca de la victoria cuando se enfrenta a un Top 10. “Le he jugado de tú a tú a Berdych”, resumía el número 21 del mundo. “En las anteriores ocasiones que he tenido ante los mejores, entraba a pista para hacer un buen partido pero creyendo poco en llegar a cuartos. Hoy he peleado por ello y me ha faltado muy poco”.
Todo es cuestión de fe. Bautista empieza a tenerla y Suárez ya parece una creyente devota. Si supera a Agnieszka Radwanska, le espera el Top 5. Por desafiar al tenis de hoy. Porque sin ser la más alta ni la más fuerte, ha demostrado que se puede. Que el límite se lo pone ella.
Hace sólo un año, Suárez se había visto apeada en primera ronda; ahora, ya está entre las mejores
Tomas Berdych sudó la gota gorda durante cinco sets para deshacerse de Roberto Bautista