Sólo Irons y Beethoven
Wiener Akademie
Intérpretes: Kerstin Avemo, Jeremy Irons Lugar y fecha: Gran Teatre del Liceu (23/I/2016)
Imaginemos por un momento que en este concierto que agotó las entradas en las taquillas del Liceu no se hubiera contado con la participación del extraordinario Jeremy Irons como narrador de Egmont. Seguramente, tan sólo se habría llenado medio teatro y, encima, se habrían producido deserciones en el entreacto.
Porque la versión que Martin Haselböck ofreció de la Séptima sinfonía de Beethoven fue descuidada, histriónica y sin matices. Con algunos problemas de afinación, la orquesta Wiener Akademie tampoco es una formación extraordinaria, de modo que poco se podía hacer. Y es que una cosa es la filología y otra tocar mal. Haselböck, que no dejó demasiado buen recuerdo en Peralada hace casi siete años –en aquella ocasión con John Malkovich, anunciado primeramente como narrador de este Egmont liceísta–, ha vuelto a demostrar que es un director de calidad muy discutible.
La soprano sueca Kerstin Avemo tiene una voz bonita, pero el registro de lírico-ligera que exhibe resulta poco apto para la escena Ah, perfido! que abría la segunda parte. Y, claro, fue Jeremy Irons quien elevó la temperatura y la categoría de la velada. La voz, el timbre, la dicción y la expresividad, además de la presencia escénica del actor británico, fueron lo más convincente de la versión, a pesar de los problemas de megafonía, sobre todo en el melodrama final de la pieza beethoveniana.
Precisamente eso: Beethoven y la autoridad del protagonista de Retorno a Brideshead fueron lo único que recordaremos de un concierto que pedía mucho más.