Con Sterbik no es suficiente
España se bloquea en ataque en una mala segunda parte pese a las 21 paradas del meta
España se queda sin margen de error en el Europeo de Polonia. La selección de Manolo Cadenas no puede permitirse otro tropiezo, ni ante Hungría, mañana, ni contra Rusia, el miércoles. Es el precio de vivir al límite. Los hispanos encajaron ayer su primera derrota, para estrenar la segunda fase, y desaprovecharon una gran ocasión para dejar encarrilado el pase a semifinales. Pocas veces tendrán a una potencia como Dinamarca contra las cuerdas. Pocas veces le servirán de tan poco las 21 paradas de un excepcional Arpad Sterbik, un muro al que no acompañaron sus colegas. Al menos en el último tercio.
Y es que a España se le hizo de noche a los 41 minutos. Se bloqueó inesperadamente, se cortocircuitó en ataque y su responsable técnico reaccionó tarde. Demasiado tarde para taponar la hemorragia de goles que le destrozó: un 0-7 en 10 minutos de apagón, de descontrol, de desastre básicamente ofensivo. No apareció al rescate nadie de los que cabía esperar. Ni Joan Cañellas, fundido en funciones defensivas, ni un Raúl Entrerríos que se había lucido en el primer tiempo, ni Julen Aginagalde, al que no llegaron bolas en los 6 metros. Y sin tiro exterior, el déficit histórico de esta selección, y sin contragolpes (sólo 2), España no tuvo capacidad de reacción y Dinamarca la dejó grogui, tambaleándose, a 7m del final (18-23), cuando Cadenas se acordó de pedir tiempo.
Tardó el técnico porque se veía a todas luces que España se descomponía cuando se quedó clavada en el 18-16 de Antonio García durante 12 minutos. Le llovían los goles, uno tras otro, y no se tapaba...
Para llegar hasta ese fatídico minuto 41, los hispanos habían realizado un buen encuentro, con gran variedad de recursos. Tácticamente, Cadenas acertó con un 5:1 de salida con Ugalde de avanzado, dada la baja por lesión de Gede Guardiola. La variante sorprendió a Dinamarca, que no supo atacar la defensa pegajosa y se tropezó con un gigante bajo palos: Arpad Sterbik. El meta de origen serbio, que no pudo jugar dos partidos de la primera fase por lesión, desquició a los daneses sacando manos y piernas imposibles, como si fuese una marioneta dirigida desde el cielo. A los 10m llevaba 6/8, un 75% de acierto, y en el descanso, 10/21, lo que posibilitaba que España se fuese de 3 goles (14-11).
Pero en la reanudación, primero Noddesbo (brutal 5/5 para convencer a Pasqui que merece más minu- tos) y luego Landin, que se fue entonando (acabó con 17/40), permitieron a Dinamarca dar la vuelta al partido. Damgaard (6) aguijoneaba repetidamente y España suplicaba el bocinazo final.
España: Sterbik, Tomàs (3, 1p), Maqueda (3), Morros (1), Cañellas (1), Entrerríos (4), Ugalde (2); Gurbindo, Aginagalde (2), García (1), Baena, Valero (4, 1p), Mindegia, Del Arco (1), Dujshebaev (1) y Gonzalo.
Dinamarca: Landin, Eggert (3p), Christiansen (2), Toft Hansen (2), M. Hansen (3), Svan (2), Mensah (1); Lauge, Noddesbo (5), Mollgaard (1), Damgaard (6), Lindberg (1), Mortensen (1).
HEMORRAGIA IMPARABLE Cadenas tardó demasiado en taponar la sangría, un 0-7 en 10 minutos, y España no tuvo capacidad de reacción