Las vitaminas, del plato
Las vitaminas son nutrientes esenciales para el organismo que, en general, no las puede producir y por ello debe obtenerlas a través de los alimentos. Éstos no están compuestos por las mismas vitaminas, de ahí la importancia de realizar una alimentación variada, equilibrada y suficiente. Cuanto más variada, más rica en nutrientes es. La alimentación debe ser suficiente. Aquellas personas que no ingieran una cantidad adecuada de calorías son más susceptibles a desarrollar, a corto o largo plazo, carencias que originan trastornos y enfermedades. Cuando se detecta un déficit de alguna vitamina es imprescindible tomar un suplemento. Pero la toma sistemática o sin control está contraindicada y sólo los profesionales de la salud las deberían indicar. Hay personas que cuando se les prescribe un suplemento de vitaminas preguntan si éstas engordan. Las vitaminas no producen energía, es decir, son acalóricas, por tanto, su ingesta no es un factor desencadenante para la ganancia de peso. Los beneficios, si son necesarias, resultan imprescindibles.
Para las personas que realizan una actividad física se recomienda que las vitaminas sean ingeridas a través de los alimentos, dentro de una alimentación equilibrada. Si se toman cinco raciones diarias entre frutas y verduras las vitaminas son casi cubiertas en su totalidad. Una ración de fruta puede ser una pieza de fruta mediana, 2-3 mandarinas, 3-4 albaricoques o una taza de fresas. Al menos una de estas tomas de fruta debería ser un cítrico por su elevado aporte en vitamina C (naranja, mandarina, kiwi, fresa). En cuanto a las verduras, una ración equivale a un plato de ensalada, verdura cocida o dos tomates medianos. Al igual que con las frutas, al menos una ración debe ser cruda. La cantidad de vitaminas es mayor en las frutas y verduras crudas y las de color más intenso.
Si se lleva a cabo una alimentación sana, variada, ordenada y equilibrada, nuestras necesidades de vitaminas quedan ampliamente cubiertas.
Comer frutas y verduras es imprescindible