La Vanguardia

Los funcionari­os franceses paran contra los recortes

Huelgas simultánea­s de profesores, taxistas y controlado­res

- RAFAEL POCH París. Correspons­al

Decenas de miles de funcionari­os salieron ayer a la calle en toda Francia, en una jornada de huelga en protesta por congelacio­nes salariales y los retrocesos de la función pública que se viven en el país desde hace años. En París 1.200 taxistas secundaron también una jornada de protesta contra la competenci­a de los servicios de coches de alquiles con chófer, con bloqueo del aeropuerto de Orly y corte de la circulació­n con quema de neumáticos en el cinturón de ronda de la ciudad. Y los paros de los controlado­res aéreos obligaron a anular el 20% de los vuelos.

Una veintena de taxistas detenidos entre carreras con la policía no impidió que el primer ministro, Manuel Valls, que denunció las violencias como “inadmisibl­es”, se reuniera en la sede del Gobierno, flanqueado por varios ministros, con los representa­ntes del taxi. Valls anunció el nombramien­to de un mediador indepen- diente con miras a alcanzar una solución al largo conflicto que enfrenta a los taxistas con servicios de coche con chófer como Uber. El movimiento fue seguido en otras ciudades del país, como Marsella, Toulouse y Lille, con desórdenes alrededor de aeropuerto­s y estaciones ferroviari­as.

Pero, pasando por encima de la asfixia denunciada por agricultor­es y ganaderos, es en la función pública donde la situación se calienta desde hace años, fundamenta­lmente a causa de la política de austeridad y el esfuerzo por cumplir los parámetros de rigor presupuest­ario impuestos desde Berlín y Bruselas.

Los funcionari­os asisten desde hace años a la degradació­n de su entorno, con cierre y reducción de servicios e instalacio­nes. Muchos servicios que son responsabi­lidad de los departamen­tos atraviesan serias crisis por falta de medios a causa de la subfinanci­ación de los departamen­tos. Al mismo tiempo a ese malestar se suma el de los salarios. En la categoría salarial más baja los funcionari­os han perdido hasta 1.300 euros anuales en capacidad adquisitiv­a desde el año 2010 y los sindicatos denuncian una pérdida media del 9% en los últimos cinco años, sin que los presupuest­os del 2016 contemplen incremento alguno.

En la enseñanza, donde la huelga tuvo mayor seguimient­o en escuelas que en liceos, al tema salarial se suma el rechazo a la reforma escolar por cuarta vez con este Gobierno.

A medio plazo es la gran reforma del Código del Trabajo que se

Valls denuncia la violencia “inadmisibl­e” de los taxistas y nombra un mediador

prepara para los próximos meses, lo que está llamado a provocar las mayores tensiones. Pese a la ambigüedad declarativ­a del Gobierno, que es consciente de la imposibili­dad de un recorte regresivo general y frontal del derecho laboral, lo que parece estar en marcha es una ofensiva contra los sindicatos, a base de potenciar los acuerdos de empresa, un marco particular en el que la debilidad de los empleados es mucho mayor. Al mismo tiempo, mediante acuerdos de empresa se quiere acabar con la jornada semanal de 35 horas que en su día fue banderín del Gobierno socialista, ferozmente criticada por la organizaci­ón del gran empresaria­do (Medef) y por casi todos los medios de comunicaci­ón. El mensaje de estos de que la “rigidez” del derecho laboral francés y los “excesos de normas” (de protección social) son responsabl­es de la tasa del 10% de paro, es prácticame­nte unánime.

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CHRISTOPHE ENA / AP Un taxista colgó un cartel readaptand­o el lema “Je suis Charlie”

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