Corrupción sin fin en Valencia
LA corrupción en la Comunidad Valenciana protagonizada por altos cargos y dirigentes del Partido Popular parece no tener fin. Ayer, agentes de la Guardia Civil, en el marco de la operación denominada Taula, efectuaron veinticuatro detenciones y más de treinta registros en relación con una presunta trama que actuaba en la Diputación de Valencia, así como en diversos ayuntamientos, y de la que Alfonso Rus, expresidente de la institución y exlíder provincial del PP, al parecer es la principal cabeza visible.
Los implicados participaron, presuntamente, en una red que cobraba comisiones a cambio de adjudicaciones públicas, parte de las cuales pudieron tener como objetivo la financiación ilegal del partido. Prevaricación administrativa, malversación de caudales públicos, tráfico de influen- cias, cohecho y blanqueo de capitales son algunos de los delitos que se investigan.
El PP de la Comunidad Valenciana ha dicho que será contundente ante cualquier atisbo de corrupción y que ha acordado ya la destitución inmediata de todos los cargos implicados en la trama. Desgraciadamente, esa contundencia llega muy tarde y suena a broma pesada. Son ya muchos, demasiados, los dirigentes y miembros de dicho partido implicados en casos de corrupción en esa comunidad.
La operación policial tiene lugar, además, en pleno debate sobre las negociaciones de investidura de un nuevo gobierno y puede suponer un problema añadido para el Partido Popular y para Mariano Rajoy a la hora de buscar posibles aliados con los que intentar conformar una mayoría parlamentaria.