Morera existe
Conjunt instrumental de l’Esmuc Intérpretes: Estudiantes de canto de la Esmuc; director, Daniel Mestre Lugar y fecha: Teatre Nacional de Catalunya (25/I/2016)
Dentro del proyecto de recuperación de la obra de Àngel Guimerà, el Teatre Nacional ha programado con la participación de Esmuc la versión de concierto de la ópera Titaina en un acto y dos cuadros, texto de Guimerà y música de Enric Morera, que fue estrenada en el Teatre del Liceu en 1912. Sí... No hay que sorprenderse, el Liceu entonces, y la sociedad catalana, se interesaban por la producción de estos modernistas, algo que después pasó a ser cosa de museo.
Ahora un buen trabajo académico por parte de Esmuc, contando con sus estudiantes y algunos profesionales, nos dieron la ocasión de escuchar al menos una prueba de las virtudes de Morera –que son muchas– en una versión digna, aunque propia de esta “cultura del recorte”. La original gran orquesta se redujo a quinteto de cuerdas y a vientos a uno.
Lo peor es que nadie se cree que Morera era un gran músico, wagneriano convencido tal como se ve en el cuadro final, con un dúo y un trío vocales de alta calidad en la escritura, y demás de Wagner, en su cabeza, también, la ópera italiana.
Pero los privilegiados que la escuchamos podemos dar fe de que su obra bien vale la pena de que los vecinos de la OBC alguna vez programen –aunque sea este último cuadro– como parte de un concierto, aunque podrían prestar atención a Andreu el navegant (con texto de Sagarra). Y también podemos constatar que hace falta en Catalunya un trabajo sistemático entre instituciones (Institut del Teatre – Esmuc, por ejemplo) porque esto es en definitiva teatro y la dic- ción es fundamental en el canto; el texto debe llegar al público, acompañado del gesto y la expresión. Lo que escuchamos estuvo bien interpretado, con vo- ces estupendas –subrayemos el buen trabajo de la protagonista Titaina de Maria Pujades– y de sus compañeros de reparto, así como del conjunto orquestal que tuvo que poner énfasis en el cuadro wagneriano con muy buen resultado, aunque en la primera parte –que utiliza recursos del canto popular, el Cant dels ocells, y alguna sardana– se notaban las carencias del número instrumental.
La dirección musical de Daniel Mestre estuvo en buen nivel y en general el trabajo conjunto es significativo.
Es importante que los estudiantes aprovechen y disfruten estas circunstancias; tal como están las cosas en la vida profesional será imposible.
Lo peor es que nadie se cree que Morera era un gran músico, wagneriano convencido