Solvencia contrastada
El Barça busca sellar ante el Athletic su decimoséptima semifinal desde el 2006
Messi lloró en el Sánchez Pizjuán cuando el Sevilla eliminó al Barcelona de la Copa 2009-10. Eran lágrimas de rabia por ser el primer título que no ganarían después del seis de seis. No esperaban caer en octavos. El Barça actual no está tan acostumbrado a ser apeado tan pronto. Su hábitat natural son las alturas, la lucha por los títulos. Es decir, las finales y las semifinales. Seguro y fiable, cómodo en el cara a cara, temible en los cruces, el conjunto barcelonista busca esta noche defender el 1-2 de San Mamés (1-2) contra el Athletic para acceder a su decimoséptima se- mifinal, entre Copa del Rey y Champions, desde el 2006.
En la última década no hay equipo más regular y competitivo que el Barça, asiduo de las rondas finales y a levantar trofeos en la era Messi, un futbolista voraz que no tira ninguna competición. El Barcelona se ha convertido en un mal cliente. Encontrarse con él en un enfrentamiento a doble partido es un mal negocio.
Ya no se duerme en los laureles. No se despista fácilmente como le ocurría antes, cuando caía en la trampa de la fábula de la liebre y la tortuga. En esa época el Gramenet, el Novelda o el Figueres le descarrilaron del torneo del KO en el primer asalto. También solía tropezar con esa piedra en la Champions, léase con el CSKA de Moscú o el Dínamo de Kíev de Shevchenko y Rebrov o el Leeds.
Pero con Rijkaard el equipo dio un paso adelante, aunque el holandés nunca llegó a una final copera. Guardiola empezó y acabó sus 14 títulos con la Copa. Vilanova y Martino mantuvieron al equipo en la pomada. Y Luis Enrique repitió el triplete. Hasta el punto de que, si deja en la cuneta al Athletic, de los últimos 21 torneos de eliminación, el Barcelona sólo habrá fallado antes de hora en la Copa de 2005 (cuartos ante el Zaragoza), en la Champions 2007 (octavos frente al Liverpool), en la Copa 2010 (ante el Sevilla en octavos) y en la Champions de 2014 (en cuartos ante el Atlético).
Esa derrota con el Tata frente a los colchoneros es la última eliminatoria que el Barça ha perdido. Porque el equipo se ha mostrado infalible a las órdenes de Luis Enrique, que lleva nueve cruces victoriosos, algunos dejando a cero en el Camp Nou a rivales potentísimos como al Atlético en la Copa, o el City, el PSG y el Bayern en la Champions, donde ahora se medi- rá al Arsenal. Con él, el Barça ha jugado todos los partidos posibles. “Estar en todos los títulos nos desgasta. Hay más intensidad en los partidos claves”, analizó.
Pero ni siquiera así piensa en más allá de hoy. “Me espero un Athletic más peligroso por el resultado. La eliminatoria aún está por decidir”, advirtió el técnico asturiano sobre el exceso de confianza. “Nos la tenemos que jugar. No tenemos nada que perder”, arengó Valverde a los vascos. “Es un reto difícil porque no nos vale sólo la victoria, tiene que ser con goles ya que es difícil que el Barça no marque con los jugadores que tiene”, agregó. Por eso, al Barcelona le interesa arrancar de raíz la ilusión a los leones. Un gol dormiría a la fiera. Algo que ya hizo en los dos primeros partidos de la trilogía cuando marcó en las primeras ocasiones que pisó el área. En la Liga con el penalti y expulsión que transformó Messi. Y en la Copa con los tantos de Munir y Neymar.
Sobre el supuesto interés del Madrid por el brasileño que podría interferir en la continuidad del once en el Camp Nou, Luis Enrique es optimista. “Yo creo que renovará”, apostó. El juego de Ney también despierta calores en el Athletic. Valverde zanjó la polémica. “Si provocar es meter muchos goles, entonces Neymar sí que es provocativo”, expuso. Con Messi, Neymar y Suárez, el Barça quiere amarrar su decimoséptima semifinal.
EL TÉCNICO SE MOJA Luis Enrique es muy optimista sobre el futuro de Neymar: “Yo creo que renovará”, apostó