Nunca hubo dos tan grandes
El duelo en la cumbre de la NBA no tuvo color. Se enfrentaban el lunes, por primera vez esta temporada, los dos mejores equipos de la liga y, contra todo pronóstico, el partido resultó muy desequilibrado. El mejor ataque destrozó a la mejor defensa y Golden State Warriors superó por 30 puntos (120-90) a San Antonio Spurs, que acusó más de la cuenta la baja de Tim Duncan, lesionado en la rodilla.
Stephen Curry, el base de los Warriors, no necesitó más que 28 minutos para ser la estrella indiscutible de la fiesta: 37 puntos con un 6/9 en triples. Más que todo el equipo visitante (5/14), en el que el rival directo de Curry, Tony Parker, se quedó en 5 puntos y los mejores fueron Kawhi Leonard (16) y Boban Marjanovic, el pívot serbio de 2,21 m fichado del Estrella Roja tras convertirse en la gran revelación de la última Euroliga (12). El equipo local agradeció también la contribución de Draymond Green: 11 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias.
En los últimos ocho días, Golden State ha ganado por 30 puntos a Cleveland, Chicago y ahora San Antonio, pero nadie esperaba este resultado en un duelo sin precedentes en toda la historia de la NBA. Nunca se habían enfrentado en la primera fase dos equipos con tan alto porcentaje de victorias, como tampoco ha habido nunca dos equipos que exhibieran a la vez, al final de una temporada, balances tan positivos como los que lu- cen ahora Golden State (41-4, un 91,1% de triunfos) y San Antonio (38,7, un 84,4%). De hecho, si los mantuvieran hasta el final de esta campaña, serían respectivamente el mejor y el tercero de todos los tiempos. Entre ellos se situaría el 72-10 (87,8%) de los Chicago Bulls en 19951996, que marca el récord hasta ahora.
Como suele suceder, y más en el baloncesto, los mejores resultados son la consecuencia del mejor juego. Warriors y Spurs son los dos equipos más agradables de ver en acción. Los californianos marcan más puntos que nadie (114,8) con un baloncesto muy abierto en el que son protagonistas principales los dos jugadores exteriores, Curry y Thompson, y obtienen un partido extraordinario de los triples al ser tanto el equipo que más lanza (más de 30 por partido) como el que lo hace con más acierto (un 42,4 %). Entre el base, máximo anotador de la temporada (30,3 p) y claro candidato a repetir el título de MVP, y el escolta (20,3 p) se reparten más de ocho triples por encuentro, ambos con una efectividad envidiable: 45,6% y 42,1% respectivamente.
Los texanos, por su parte, exhiben la mejor defensa (90,4 puntos en contra) y el juego más organizado. El de estilo más europeo, podríamos decir. No en vano su entrenador, Gregg Popovich, fue uno de los primeros en proclamar alto y claro, hace ya mucho tiempo, que los estadounidenses cometían un error imperdonable si creían que el baloncesto empezaba y acababa en su país. Popovich lleva nada menos que 20 años en el cargo. Sólo en el
Warriors, con el mejor ataque, y Spurs, la mejor defensa, firman una temporada histórica
primero no entró en los playoffs y en cinco ha sido campeón. La primera, en el 99; la última, hace dos años. Continuidad es la clave. En las cinco tuvo a Tim Duncan a sus órdenes. Y en cuatro, también a Tony Parker y Manu Ginóbili. Ninguno de ellos nació en EE.UU. y sólo Duncan, natural de las Islas Vírgenes de EE.UU., se formó en la NCAA. A sus 39, 33 y 38 años, los tres siguen siendo piezas clave.