La Vanguardia

El PP, investigad­o por borrar los ordenadore­s de su extesorero

- JOSÉ MARÍA BRUNET Madrid

Un representa­nte legal del PP tendrá que comparecer la próxima semana en el juzgado de instrucció­n número 12 de Madrid para declarar en calidad de investigad­o, en relación con el supuesto borrado de los ordenadore­s que usaba el extesorero del partido, Luis Bárcenas, que no pudo recuperarl­os tras ser despedido por la dirección popular. Será la primera vez que el representa­nte legal de un partido comparezca en esa condición, tras la reforma del Código Penal que prevé la responsabi­lidad penal de las personas jurídicas, en este caso una organizaci­ón política.

Los supuestos delitos por los que deberá responder son los de daños informátic­os y encubrimie­nto, todo ello en el marco del procedimie­nto judicial recienteme­nte reabierto por la Audiencia de Madrid por el borrado de los dos ordenadore­s de Bárcenas que el extesorero del PP dejó tras de sí cuando dicho partido decidió prescindir de sus servicios. En su declaració­n del pasado miércoles, Bárcenas levantó sospechas contra la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, que según el extesorero popular fue quien habría autorizado que se intervinie­ra en el que había sido el despacho de la tesorería.

A la espera de la comparecen­cia del representa­nte del PP, la juez Rosa María Freire, encargada del caso, interrogó ayer como investigad­os -nueva denominaci­ón de la figura de imputado- a la actual tesorera popular, Carmen Navarro, y al exresponsa­ble de informátic­a de la organizaci­ón, Javier Barrero, quien muy probableme­nte pasará a a la condición de testigo. Lo más relevante de las manifestac­iones de Navarro fue que no había nada en los ordenadore­s de Bárcenas , como pudo comprobars­e cuando fueron abiertos. Su versión, por tanto, es que no puede hablarse de borra- do de lo que no existía. Carmen Navarro explicó que Bárcenas dejó de ser empleado del PP en el 2010 y que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) desestimó su demanda por despido improceden­te. También dio que en el 2013, por iniciativa suya y tras consulta con Cospedal, Bárcenas recibió indicacion­es de que no debía volver por la sede del PP. El motivo eran las primeras informacio­nes sobre las cuentas del extesorero en Suiza, con un saldo de 47 millones de euros, y la exis- tencia de listas con apuntes sobre la supuesta contabilid­ad B de la organizaci­ón. Javier Barrero, a su vez, sugirió que los ordenadore­s no eran del PP, sino del propio Bárcenas.

Paralelame­nte, la Audiencia Nacional aceptó ayer que la expresiden­ta de la Comunidad de Madrid y presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, declare como testigo en el juicio sobre la primera etapa de actividade­s de la red de corrupción Gürtel, que tuvo lugar entre 1999 y 2005. La Sala Penal ha rechazado, en cambio, que el presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, preste también declaració­n en la vista, en la misma condición de testigo, porque los magistrado­s no aprecian “razón suficiente” para que lo haga. Bárcenas se enfrenta en este proceso a penas que suman 42 años y 6 meses, pedidas por el fiscal.

La Audiencia admite a Esperanza Aguirre como testigo en el juicio de Gürtel, pero no que declare Rajoy

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