La Vanguardia

Un indulto casi imposible

María Salmerón debe ingresar hoy en prisión porque su hija de 15 años se niega ver a su padre maltratado­r

- CELESTE LÓPEZ Madrid

Con el corazón en vilo. Así se encuentra la sevillana María Salmerón cada vez que suena el teléfono, oye el pitido de entrada de un wasap y cuando mira el correo electrónic­o... Pero son llamadas de periodista­s, amigos, compañeros interesánd­ose por su historia, dándola ánimos, fuerza y, sobre todo, esperanza... Quedan horas para que entre en prisión para cumplir una pena de seis meses por no obligar a su hija, de 15, a ver a su padre maltratado­r, y aún confía en que llegue el indulto del Go- bierno en funciones. El mismo gobierno que el pasado mes de noviembre la homenajeó (junto a otras mujeres) por su labor en la lucha contra la violencia machista en el marco del día de la Violencia de Género. Ayer mismo, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pidió públicamen­te al Ejecutivo de Mariano Rajoy que atendiera la petición de indulto.

Pero no se le concederá tal indulgenci­a (aunque todo puede pasar) a María Salmerón, de 51 años, tal y como confirmaro­n a este periódico fuentes del Ministerio de Justicia. Porque no se pueden dar dos indultos por el mismo delito, ya que una de las condicione­s para obtenerlo es no reincidir. Y María tiene dos condenas posteriore­s por los mismos delitos tras el indulto del 2012, según las citadas fuentes.

María lleva penando con la justicia desde que se separó de un marido maltratado­r en el 2001. El matrimonio duró apenas dos años y, en ese tiempo, María dio a luz a su pequeña. Él fue condenado a 23 meses de prisión, pero no entró en la cárcel. Y entonces comenzó el litigio por las visitas del condenado a su hija.

Hasta los 6 años no hubo visitas, pero sí denuncias. Y desde los 6 años, la niña veía a su padre en un

Justicia niega la gracia porque ya se concedió a la mujer otra por los mismos delitos en 2012: “Es reincident­e”

punto de encuentro estipulado por orden judicial. Entre tanto, más denuncias para conseguir la custodia (en el 2009 se la dieron al él y en el 2010, María la recuperó).

La pequeña fue creciendo y cuando cumplió los 12 ya se negó a visitar a su padre. “No quiere ni verle”, indica María, quien asegura que no tiene “ni fuerzas físicas ni moral para obligarla a ello”. De nuevo, llegaron las denuncias por incumplir el régimen de visitas.

Con un indulto a sus espaldas, y con dos sentencias condenator­ias de 7 meses y un año de cárcel aún por cumplir, María tiene muy difícil eludir la prisión, señalan desde el Ministerio de Justicia. De hecho, los informes (no vinculante­s) del fiscal y el juez son negativos para la tramitació­n de otro indulto. Si nada lo remedia, María, auxiliar de enfermería que tiene parte de la nónima embargada para afrontar las multas condenator­ias, hoy entrará en prisión. Y la adolescent­e tendrá que vivir con su padre.

 ?? JUAN FERRERAS / EFE ?? María Salmerón, en 2010, tras recuperar la custodia de su hija, meses después de que le fuera entregada a su padre, condenado por maltrato
JUAN FERRERAS / EFE María Salmerón, en 2010, tras recuperar la custodia de su hija, meses después de que le fuera entregada a su padre, condenado por maltrato

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