La Vanguardia

Benjamin Millepied deja el ballet de la Ópera de París

Aurélie Dupont, exestrella de la compañía, toma el relevo

- ÓSCAR CABALLERO París

Era un pas de deux y culmina en pirueta: Aurélie Dupont, ex bailarina estrella de la Ópera de París, maestra de danza por sugerencia de Benjamin Millepied, le reemplazó ayer en la dirección del Ballet. Millepied abandonó sorpresiva­mente su cargo “por razones personales”. Y Dupont se declaró encantada de reemplazar­lo, porque “en esta casa he pasado 32 años de mi vida”.

Stéphane Lissner, al frente de la Ópera de París, responsabl­e del nombramien­to de Millepied, hace catorce meses, y del de Dupont ahora, sentado entre ambos era el árbitro. Simbólico, también: la bella Dupont, recogido en moño y vestido negro y Millepied con camiseta y vaqueros, dejaban claro el choque de culturas. La convocator­ia, presentaci­ón de la temporada lírica, fue desbordada por la novedad. Anticipada por los mentideros y confirmada por un comunicado de la cuenta @b.millepied, horas antes de la reunión.

Lo que hizo Millepied en poco más de un año también demuestra la diferencia de culturas. Por ejemplo, además de trabajar duro con el cuerpo de baile y promover talentos postergado­s, concibió la 3ème scène, el tercer escenario, espacio internet para la creativida­d, en lírica y danza; creó una academia coreográfi­ca; desarrolló el mecenazgo y la colaboraci­ón con institucio­nes francesas y extranjera­s, y obsequió a los 154 bailarines con un servicio médico especializ­ado.

Pero no se sacude impunement­e al monstruo. Y a sus 38 años (“nada me importa más que crear, transmitir a los bailarines y que me transmitan”), sobrepasad­o por el papeleo, Millepied decidió “ser honesto y dimitir”.

El 23 de diciembre pasado, en un telefilme sobre los ensayos de la coreografí­a que estrenará esta no- che, precisamen­te, Millepied se despachaba sobre la vetustez del marco en el que debía trabajar. Reveló además que cuando se quejó de que nunca programara­n a un bailarín negro le objetaron que “distraería al público”.

Millepied respondió con un sacrilegio: promovió a una –excelente– bailarina mestiza del cuerpo de baile, en un papel de estrella.

“Es increíble el peso de las jerarquías. Escuché a una maestra de danza decirle a una bailarina ‘te voy a quebrar’. Y a mi llegada, cité bailarines uno a uno y la mayor parte temblaba. No lo podía creer. ¿Tanto miedo inspiro? Pero no era yo, sino el cargo”.

También hizo renovar el parquet de las salas de ensayos –“lastimaba músculos”–, impuso médico permanente, horarios racionales a los bailarines (“creen que sufrir es una virtud”) y, colmo de la herejía, cuestionó la etiqueta de “mejor ballet del mundo”. Según él, el respeto de las jerarquías acartonaba, la disciplina enfriaba los espectácul­os y “curiosamen­te, creo que es el mejor ballet moderno, pero aún no el mejor clásico”.

Además, en su contrataci­ón pesó su formación americana –allí no hay subvencion­es y cazar el dólar es parte del trabajo– y su matrimonio con Natalie Portman, que aporta un glamur que se traduce en más público. De hecho, Millepied organizó una gala que –primera vez en la historia del Ballet– hizo entrar un millón de euros en las arcas. Pero sentó como una patada a su antecesora. Y a los sindicatos, que por un quítame de allí ese horario paralizan un espectácul­o.

En fin, Dupont, que asume el cargo el 1 de agosto, se adaptará a la programaci­ón 2016-2017 de Millepied –incluye dos coreografí­as suyas–, que el ya exdirector debía presentar el miércoles próximo. Y Millepied anunció que colaborarí­a en la transición.

Sobrepasad­o por el papeleo y el peso de las jerarquías, el esposo de Natalie Portman quiso “ser honesto y dimitir”

 ?? JACKY NAEGELEN / REUTERS ?? Aurélie Dupont con Stéphane Lissner y el director saliente del Ballet de la Ópera, Benjamin Millepied
JACKY NAEGELEN / REUTERS Aurélie Dupont con Stéphane Lissner y el director saliente del Ballet de la Ópera, Benjamin Millepied

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